Arquitectos. Diseñadores. Todo un mundo de profesionales por descubrir. En una Guatemala como la de hoy, donde los problemas sociales se encuentran a la orden del día- pobreza, desigualdad y falta de oportunidades-, cualquiera podría pensar que el trabajo de estos profesionales no tiene sentido, o por ponerlo en palabras más adecuadas, no posee impacto real en la solución de los problemas de la sociedad. Nada más alejado de la realidad que esto.
Probablemente el mundo occidental y las películas de Hollywood nos han mostrado un único espectro de estos profesionales. Imágenes de arquitectos y diseñadores en grandes y modernos estudios, de la más alta tecnología. ¿Quién al pensar en un arquitecto, no se siente tentado a pensarlo sentado frente a su mesa de trabajo, en un pequeño loft, diseñando frente a una ventana con la lluvia corriendo fuera? Probablemente esa es la fantasía de muchos arquitectos y diseñadores; en un lugar como ese encontrarían inspiración. Sin embargo, es probable que al estar viendo por la ventana no todos estarán pensando en la construcción de grandes edificios o el diseño de una enorme campaña corporativa. Habrán muchos que a través de la ventana observarán a la madre de cinco hijos dormir bajo una casa de cartón, o a la organización social que día con día lucha porque su trabajo sea conocido por otros.
La arquitectura y el diseño como profesiones al servicio de la sociedad son aspectos centrales de la carrera, y por ende de sus profesionales. Estar conscientes de la realidad que viven muchos guatemaltecos es imprescindible, donde existe un 39% de ciudadanos que carecen absolutamente de una vivienda (déficit cuantitativo), y un 61% de aquellos que a pesar de contar con un vivienda, ésta no reúne las condiciones necesarias para poder ser considerada como una vivienda digna (déficit cualitativo), de acuerdo a datos proporcionados por el Fondo Guatemalteco para la Vivienda –FOGUAVI-.
Pensar en diseños extravagantes, museos, parques y teatros no es en sí negativo; es también poner a prueba la creatividad y las capacidades que cada persona posee al servicio de la sociedad. Lo importante es que a pesar que el profesional no se desenvuelva dentro de la arquitectura o el diseño social, nunca pierda de vista las grandes necesidades que afectan a la población. En Guatemala, la arquitectura es para muchos aún pensada como una profesión de élites; sin embargo es increíble observar la gran cantidad de arquitectos que actualmente se encuentran trabajando en proyectos de vivienda comunitaria, asentamientos precarios y desarrollo rural.
A través de la ventana se pueden observar un millón de situaciones. Las profesiones de la arquitectura y el diseño tienen esa doble cualidad: así como pueden observar el cajón antiguo botado por el vecino convertirse en una innovadora y creativa mesa, también pueden ir más allá y con su ojo humano observar las necesidades de las personas, y crear imaginarios donde esta creatividad contribuya a solucionar problemas. Todo es cuestión de ponerlo en práctica.
Para esta edición de Brújula, decidimos adentrarnos a este interesante mundo de arquitectos y diseñadores, y aprendimos a ver el mundo desde un lente diferente. María José, Fernando, Adriano, Gerardo, Melina, Stephanie, Daniela, Crista y Diego nos permitieron ver el mundo desde sus ojos, y encontramos la experiencia muy interesante. Excelentes artículos y Foto Reportajes elaborados en su totalidad por futuros profesionales del Diseño y la Arquitectura nos hacen pensar que aún existe mucho que ofrecer y apostarle a Guatemala.