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VIOLENCIA es una palabra que escuchamos diariamente en los noticieros, en las charlas casuales entre compañeros de trabajo e incluso, en el seno familiar. Pero no solo la oímos, la vivimos de distintas formas.
Erradicarla es un trabajo de todos, y el primer paso para lograrlo es conocerla en todas sus formas.
¿Qué es la violencia? De acuerdo a Johan Galtung es “una forma de comportamiento evitable, que provoca dolor o daño” (Galtung, 2002:2); es decir, es la manera en que actuamos (o dejamos de actuar) que causa daño[1], algunas veces sin desearlo. Galtung explica que la violencia debe entenderse en dos niveles distintos, uno visible -muy evidente- y otro invisible -menos visible-.
En el nivel visible, se habla de violencia directa. Es en sí, un acto directo que puede causar daño psicológico y por supuesto, físico. Este tipo de violencia deja ver de manera clara a los actores involucrados y los actos cometidos. La violencia directa es más que la violencia física, abarca también la verbal, la psicológica y la emocional.
En el nivel menos evidente de la violencia, se debe hacer otra diferenciación: la violencia estructural y la violencia cultural.
La primera hace referencia a la distribución desigual de recursos (riqueza, fuentes de empleo y servicios básicos, por ejemplo) en la sociedad. Dicha distribución deviene de los sistemas políticos y económicos, por lo que abarca a las sociedades en su conjunto y tiene marcadas consecuencias, entre las cuales se encuentran la pobreza y los bajos índices de desarrollo humano.
La violencia cultural, por otro lado, es la menos visible de todas ya que constituye la base para la legitimación de las otras dos violencias. Se concreta en el arte y el lenguaje e incluso en la religión, reuniendo todos aquellos rasgos culturales que justifican los actos violentos al punto en que ya ni siquiera son considerados así. Sus consecuencias más evidentes son: la discriminación y el racismo.
La violencia está vista como algo tan cotidiano que incluso ya no la vemos. A esto se conoce como el proceso de normalización de la violencia y para encontrar ejemplos no debemos buscar mucho, Guatemala sirve perfectamente. Desde los inicios colonizadores hasta el conflicto armado interno, la realidad del guatemalteco está llena de manifestaciones concretas de violencia en sus diferentes formas.
¿Pero cómo nos afecta esto hoy a nosotros jóvenes, ancianos, hombre y mujeres? ¿Cómo afecta esto a mi entorno?
Como se mencionó, la violencia adopta y se manifiesta de formas tan distintas como numerosas; es por esto que de alguna forma u otra, todos nos vemos afectados a diario por distintas formas de esta. Aquí, un pequeño cuadro que muestra distintos tipos de violencia con una manifestación puntual.
TIPO DE VIOLENCIA | MANIFESTACIÓN DE LA VIOLENCIA |
Violencia vial | No ceder el paso al peatón |
Violencia de pareja | Control de las redes sociales de la pareja |
Violencia intrafamiliar | Menosprecio de la labor de alguno de los padres |
Violencia histórica | Olvidar, ignorar la memoria histórica o tergiversarla |
Violencia en la escuela | Bullying |
Violencia estructural | Hambre y pobreza |
Violencia contra los enfermos | Aislamiento |
Violencia sexual | Chiflidos o comentarios soeces |
Violencia contra la naturaleza | Desperdicio de recursos como el agua |
Violencia contra los animales | Maltrato animal en los circos |
Violencia en el trabajo | Condiciones laborales denigrantes o no adecuadas |
Violencia de género | Cuestionamiento de la hombría por no poder realizar alguna acción |
Violencia cultural | Utilización de categorías denigrantes como “indio” |
Violencia contra los ancianos | Negación de cariño |
Violencia infantil | Sobreprotección de los hijos |
Fuente: Elaboración conjunta de INTRAPAZ y BRÚJULA, enero de 2013.
La violencia es parte de nuestra cotidianidad, aún sin que estemos conscientes de ello. Pero esto no debe ser visto con pesimismo, sino como una ventana de oportunidad para lograr un cambio. Mientras más cerca estamos del problema, más facilidad podremos encontrar para resolverlo.
Todos nosotros somos agentes de PAZ en cuanto comprendamos que también podemos ser agentes de la violencia en sus distintas formas.
[1] Observa cómo no se hace referencia a quién se le hace daño. Esto no es casual, se debe a que cualquier ser vivo puede ser objeto de violencia. Personas, animales y la naturaleza incluidos.