En 7 años, es difícil creer que no hemos cambiado, cada uno de nosotros, no nos vemos igual ni siquiera desde hace 2 años y por ende es comprensible saber que Brújula no puede ser la misma de cuando inició; en estos años, ha evolucionando, ha cambiado, ha crecido a paso lento para algunos y para otros quizás, a pasos agigantados. El equipo que hoy la conformamos, no tuvimos la oportunidad de verla nacer, pero sí hemos tenido la oportunidad de verla crecer.
¿Cómo surgimos? Surgimos como una propuesta del entonces Vicerrector de Investigación y Proyección, el Padre Carlos Cabarrús, con el propósito de entablar un diálogo con las juventudes, para sensibilizarlas, para darles un espacio de opinión y para transformar no un país completo, pero sí a quienes se subieran a este barco. 7 años, no han sido color de rosa, hemos tenido momentos duros, alegres, tristes, momentos de incertidumbre e incluso momentos de decepción, al punto de querer apagar la luz, cerrar la puerta y marcharnos; pero no podíamos traicionar o abandonar a todos aquellos jóvenes que han creído en nosotros y que se animan a que llevemos a otros, sus opiniones, entonces no lo podíamos dejar pasar y darle la espalda a eso a lo que ya nos habíamos comprometido: ser un espacio de opinión para jóvenes.
Hemos podido ver no únicamente en nosotros esa transformación y sensibilidad hacia lo que pasa en nuestro país, también lo hemos visto en todos los jóvenes que han participado en cada uno de los proyectos que iniciamos, a todos los que han sido parte del personal de Brújula e incluso a esos amigos que se han unido con nosotros a pelear a nuestro lado las batallas, principalmente, las de la indiferencia de los guatemaltecos.
Durante 7 años, nuestros frentes de batalla han sido la defensa de los recursos naturales, los derechos humanos, las resistencias a los proyectos extractivos, el abuso de la trata de personas, la migración, el racismo y la discriminación, la pobreza, la educación, la participación ciudadana y las juventudes guatemaltecas.
Dentro del marco de un proyecto universitario landivariano, Brújula se inserta con el propósito de acercar las realidades del país a los jóvenes y la universidad ya lo hace con la investigación y nosotros a través de los diferentes formatos audiovisuales que facilitan y llevan la comunicación a todos. Durante estos 7 años, de haber empezado con 6 estudiantes landivarianos que publicaban esporádicamente, hoy orgullosamente, podemos decir que por Brújula han pasado más de 175 jóvenes de diferentes universidades que escriben opinión y forman parte de este pequeño pero a la vez, gran equipo. Tampoco podríamos dejar de mencionar todas las colaboraciones de otros jóvenes que nos han hecho ya no solo ser parte de Landívar, sino de los universitarios, de los jóvenes. Sin sonar pretensiosos, hoy podemos decir que somos la única revista digital en dar voz a los jóvenes quienes son quienes también le dan vida a las realidades del país.
2015 fue un parteaguas en la coyuntura del país y nos sorprendió ver a tantos jóvenes saliendo a las calles, pero estamos conscientes que no fue porque masivamente los llamáramos a salir, pero al encontrarnos con ellos, nos alegró mucho ver que dentro de las filas de jóvenes que se apoderaron del a ciudad sábado a sábado, todos los que son y fueron parte de nuestro equipo de columnistas, iban dentro de las filas de estudiantes indignados. Brújula iba con ellos, ellos iban con Brújula.
Entonces, ¿Por qué después de 7 años seguimos siendo importantes o por qué debemos continuar con lo que hemos venido haciendo? Porque no nos quedamos en las letras, en los videos y en lo que compartimos en nuestras redes sociales. Porque lo que hacemos es acercarnos a las juventudes, como lo estamos haciendo hoy y como lo seguiremos haciendo mañana. Porque las injusticias las seguimos sintiendo propias, porque los jóvenes todavía tienen mucho que decir, porque después de 7 años como jóvenes, todavía podemos hacer para nuestras futuras generaciones, un lugar bueno para vivir. Por eso 7 años no son suficientes.