Alejandra Posadas Caal/ Voluntaria en Guardería Virgen del Camino/

Estar a la altura de los niños, ¿cómo es esto posible?

Sencillamente siendo voluntarios, comprometiéndonos con la necesidad  del “otro”, el voluntariado nos permite comprender mejor la realidad de alguien más y sobre todo conocer la realidad que de alguna manera no nos imaginamos que exista. Desarrollar nuestra sensibilidad social y colaborar es comprometerse con la niñez de nuestro país, siendo así más sensibles y justos.

Jugar con ellos, contarles historias, permitir la risa y la expresión de sus emociones son algunas de las actividades que surgen en la “Guardería Virgen del camino”. De esta manera mejoramos su autoestima, el contacto con cada uno de estos niños nos permite valorar su individualidad apreciando cada característica de su historia, cultura, familia y ambiente.

Es una experiencia que nos permite dejar a un lado el egoísmo que tan frecuentemente experimentamos.

Ser voluntario en la “Guardería Virgen del camino” significa sentir satisfacción de transmitir todo aquello que hemos aprendido, es velar por la inclusión y el cumplimiento de los derechos de los niños, es ser esa pequeña figura de cambio que colabora al mejoramiento de la vida de los niños y niñas guatemaltecos.

La guardería tiene como misión brindar a los niños cuidado, estimulación y asistencia dentro de un ambiente familiar, de igual forma la visión es ser reconocidos a nivel nacional, como un excelente centro de cuidado y estimulación infantil en donde se formen niños y niñas con múltiples habilidades, destrezas y altos valores, capaces de ser útiles para la sociedad guatemalteca. (Iglesia y Guardería Virgen del Camino 2011)

La misma se financia de las ofrendas que se obtiene de la misa dominical, de algunas colaboraciones de feligreses del área de influencia; así como de la comunidad guatemalteca,  a través de recaudaciones de eventos especiales como lo son bingo, conciertos o bazares.

La guardería se compromete a velar por la obediencia, sinceridad, el orden, autodominio, la familia y el juego, asimismo la población atendida son niños y niñas entre cuatro y seis años de edad.

Al igual que la Guardería, como voluntarios de la Universidad Rafael Landívar, nos comprometemos a estimular las áreas de motricidad, lenguaje, destrezas y habilidades sociales o cognoscitivas de acuerdo a la edad del niño, es importante mencionar que se proponen actividades que permitan reforzar el área académica, artística, deportiva y social.

“El bienestar infantil o la felicidad de un niño no es nunca un regalo. Sino una tarea siempre incompleta, nunca perfecta ni definitiva (…)es mucho más que una tarea puramente individual y familiar; debe ser el resultado de toda una comunidad”. J. Barudy. (1998)

Imagen: Alejandra Posadas

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