Hace algunos días atrás, mientras desperdiciaba mi tiempo navegando por YouTube, me encontré con una canción que hacía referencia a los amores y amantes a la antigua. Entre otras cosas, la canción hacía referencia al amor y a las relaciones en tiempos modernos y los comparaba con los amores a la antigua, en donde se escribían cartas, poesías y se mandaban flores para enamorar.
Yo soy de la idea que antes las relaciones duraban demasiado tiempo, muchas veces no por amor, más bien por presión familiar, por cultura, por miedo. El divorcio era un tema prohibido y hasta visto como un sinónimo de fracaso personal, entonces, aunque infelices, preferían durar juntos por muchos años, perdonando o haciéndose del ojo pacho a infidelidades, maltratos, arranques de celos y relaciones tóxicas. Aunque bueno, dicen que el amor de antes era más romántico, menos tóxico, más verdadero.
Hoy en día las relaciones se centran muchas veces en lo sexual y no en lo sensual, mucho menos en lo romántico. Hoy en día, todo o casi todo se centra en una sexualidad irresponsable, porque debemos aceptar que, para muchos, la educación sexual integral que reciben, no viene de las escuelas, universidades o la familia. Aprendemos de sexo con contenidos sexualmente explícitos pero irreales, como la pornografía, que nos muestra una idea irreal del sexo y nos proporciona una impresión errónea del cuerpo humano, de los cánones de belleza e inclusive del placer sexual. Además, en muy pocos contenidos se ejerce un acto sexualmente responsable y protegido. No es que este mal consumir este tipo de contenidos, todos están en su derecho de hacerlo, pero para aprender sobre sexualidad responsable, me parece que es una terrible idea.
Otro factor que interviene demasiado en las relaciones de pareja es la presión social, si aún estás soltero, pasados los 30, no falta típica pregunta de ¿Y tú, cuándo te casas? O si estás casado, pero sin hijos ¿Y los hijos para cuándo?, si no te han conocido alguna pareja ¿Y el novio o la novia para cuándo? Lamentablemente esto sucede porque la sociedad nos obliga a vivir los tiempos establecidos como “normales”, para hacer algo en nuestras vidas. Y si nos salimos de estos valores establecidos, inmediatamente dejamos de encajar dentro del desarrollo normal de la vida social.
Pero, hoy en día las nuevas generaciones están cambiando estas reglas, muchos están optando por no tener hijos, por vivir bajo unión libre, en soltería plena o simplemente nunca formalizar una relación. Al final, cada quien tiene derecho a vivir de acuerdo a sus tiempos y a sus reglas, porque al final, cada quien es dueño de su destino, de su cuerpo, tiempo y vida.
Las relaciones duran menos cada vez, no porque el amor se esté acabando o porque los amores ya no son eternos como antes. Las relaciones duran menos porque la gente busca felicidad y bienestar propio, antes de vivir infeliz, pero complaciendo a otro ser humano.
En resumen, creo que las relaciones, en la actualidad, son más sinceras, cuando se acaba el sentimiento o ese lazo que los unía, es tiempo de decir adiós y seguir buscando la felicidad individual y la plenitud. Aunque claro, de vez en cuando habrá relaciones que si duren para siempre. Aunque tristemente, hoy en día, todo se ha vuelto tan impersonal, gracias al mundo tan moderno y lleno de tecnología en el que vivimos; que de pronto muchas parejas han olvidado lo que realmente vale y se vive en una relación real, esos nervios que se sienten cuando se acerca la persona que te gusta, las primeras palabras y miradas cruzadas, esas miradas confidentes, las sonrisas y los gestos que te van enamorando lentamente, etc. Hasta la comunicación de parejas se ha ido perdiendo hoy en día, las conversaciones de muchos, se han convertido en una eterna lluvia de mensajes de texto, llenos de imágenes, de caracteres, pero vacíos de sentimientos. El amor se ha vuelto frío y distante, y sin embargo, es lo que más deseamos todos, encontrar eso que hemos anhelado desde nuestra infancia y tener nuestro cuento con final feliz.