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José Alberto Barrera/ Opinión/

Con todo este rollo de Baldizón y su habilidad para robar, entre otras cosas, ideas que no le pertenecen se puede sacar bastante material para reflexionar. En estas líneas voy a opinar un poco del tema pero más que eso, quisiera ofrecer un punto de vista para abordarlo.

Estaba leyendo el ejemplar que acaba de publicar ContraPoder y la verdad es que pienso, qué descaro es apoyarse de páginas como el rincon del vago, para valerse del título de “doctor”. Pero en realidad ¿qué es lo que me dice Baldizón al copiar y pegar la mitad de su investigación? Bueno, se me ocurre lo siguiente:

  1. El doctor no tiene nada nuevo que aportar. Carlos Sabino afirma que lo importante en un doctorado es aportar conocimiento nuevo, construirlo a partir de los cimientos que ya existen y regalar nuevos horizontes y visiones a la sociedad, a la humanidad.
  2. Él está afirmando una tesis que probablemente no comparta. Muchas veces al apoyarse de otros autores, no solo basta con citar textualmente lo que ellos han escrito. Se vuelve mucho más enriquecedor que en el trabajo de investigación se desarrolle una idea de algún autor con un análisis propio, es decir, explicarla con lenguaje propio y adaptarla al tema que se trate.
  3. El anhelo por ostentar un título, hizo que descuidara las verdaderas razones para hacerlo. Para ser doctor, y en realidad para cualquier grado académico,  basta con tener el “cartón”que lo acredite. Sin embargo para ser una persona que proponga y actúe, se necesita más que un simple cartón: se necesita esperanza, perseverancia y disciplina. En este caso, ese título no se lo da una terna calificadora o una Universidad, se lo damos nosotros.
  4. Nos estamos olvidando de algo, antes del examen a su tesis doctoral –que ha estado archivada por bastante tiempo, lejos de su consulta y exhibición al público– el doctor nos quiso engañar con un libro, publicitándolo a los cuatro vientos como una obra que refleje su filosofía y sus ideales. Es increíble que no le baste engañar a una Universidad con un título, sino a toda la sociedad con un libro.
  5. El doctor tuvo cómplices que contribuyeron, de una forma u otra, su engaño. En ContraPoder, sale el listado de autoridades de la Universidad de San Carlos que tuvieron que haber advertido de las infracciones, antes de la publicación de la tesis y el otorgamiento del título, esto me pareció un fuerte llamado de atención a la Usac, y lamentablemente es cierto, en ellos también existe responsabilidad.

Quizás existan (y espero que así sea) muchos otros que estén igual de indignados pero, ¿a dónde vamos con todo esto? He visto que muchas personas, y seguramente más de las que conozco, tienen esa facilidad para copiar y pegar en situaciones mucho más críticas e influyentes, que en una investigación para obtener un simple cartón de doctorado que ha estado archivada por tanto tiempo. Ideas preconcebidas, actitudes socialmente aceptadas, opiniones y acciones sin fundamento son algunas manifestaciones de lo que copiamos y pegamos todos los días, así nos vamos convirtiendo en una “x”, uno del montón.

Esta conducta es automática y sumamente destructiva, porque inconscientemente nos aleja de ser dueños de nuestra vida, de estar comprometidos con ella y de tener esperanza en un cambio significativo de la realidad en la que vivimos.

Asimismo, toma muchas formas pero, en su pura esencia, es lo mismo: comodidad.

Si nos hacemos el mismo examen que el que se le hizo a Baldizón, este sería el resultado:

  1.  El “x” no tiene nada nuevo que aportar. Es sólo una persona que recibe información de todos lados y la reproduce sin ninguna sazón, sin ningún elemento extra. El título al que se debería aspirar, es el de ser una persona que proponga y actúe, un protagonista de su realidad y la de su comunidad. Para lograr ese título se empieza por perder el miedo y animarse a levantar la mano y decir lo que se piensa.
  2. Si no se tiene esa valentía para decir aunque sea una vez “no”, seguramente el “x” va a vivir muy cómodamente en el espacio de la resignación. Ese espacio es la frecuente actitud del “ni modo”. Un ejemplo clarísimo de esta pésima y reprochable actitud, es la constante afirmación de que el candidato que quedó en segundo lugar en la contienda electoral anterior será el ganador de la siguiente… ¿Estamos en realidad de acuerdo con eso?
  3. Muchas veces nosotros quisiéramos ser agentes de cambio, sin embargo nos hundimos en el pesimismo y en la crítica destructora. Nos empeñamos en ir en contra de la corriente y se nos olvida que lo que debemos hacer es construir otra corriente, proponer un nuevo camino y dejar atrás esa eterna pugna de negación del presente.
  4. Es muy peligroso alimentar la confiabilidad en líderes que únicamente se limiten a destruir el presente. Una sociedad democrática no se puede construir como negación de una sociedad conflictiva y violenta. Por ejemplo, en los momentos críticos del Conflicto Armado Interno se perdieron las propuestas y se robusteció la intolerancia junto con la negación entre los contingentes.
  5. El “x” es uno del montón, siempre va a tener mucha gente que acepte su conducta mediocre e inclusive la condecore. Al callar (ya sea con el silencio o con la falta de acción) lo que no nos parece, estamos contribuyendo a que estas personas no colaboren en una construcción que requiere el esfuerzo del mayor número de gente posible.

No dejemos vencernos por el hábito de copiar y pegar, todos tenemos un mensaje particular que enriquece la construcción por una sociedad democrática. Obviamente se puede compartir lo que alguien más propuso, siempre y cuando sea razonado y no simplemente “pegado”.

Lo mejor sería proponer acciones a partir de notables ejemplos: se me viene a la mente la reciente movilización estudiantil en Chile, indudablemente es un muy buen punto de partida.

Nos debemos fijar muy bien en lo que afirmamos con nuestras palabras y acciones, tenemos la tarea de aportar nuevo conocimiento, nuevos caminos, nuevas visiones.

Esta vez no es una persona optando por el título de doctor, sino una sociedad optando por el título de democrática.

La responsabilidad es libertad. La libertad es responsabilidad.

Recomendación final: Seguridad de Los Cafres (me parece una canción que critica la forma en la que algunas personas suelen pensar: por afanarse en una lucha en contra el sistema se olvidan de la tarea de construir uno nuevo).

Imagen: Paola Cifuentes.

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