Aubrey Guillén/ 

El mal actuar de algunos diputados del Congreso de la República ha sido noticia una vez más; existe un sentir ciudadano de desprecio hacía este órgano e inclusive se habla de una #DepuracióndelCongreso. Aquí valdría la pena preguntarnos ¿basta con  depurar  al Congreso?

Hablar de una depuración total de un órgano del Estado, por muy malo que el mismo sea o por mucha corrupción que haya en el mismo, es una cosa difícil, arriesgada y me atrevería a decirlo, irresponsable. Los ciudadanos responsables debemos apostar por el fortalecimiento institucional, por respetar los procesos democráticos, por auditar a las instituciones públicas y proponer.

Hoy en día el mundo de las redes sociales se encuentra muy agitado y existen voces que reclaman a los cuatro vientos #NotengoCongreso, #DepuraciónCongreso, entre otras etiquetas que denotan el descontento ciudadano con la actual legislatura (descontento que comparto plenamente). Algo que no podemos negar es que la depuración vía judicial ha empezado y  lejos de detenerse o mermarse, la misma vendrá en aumento por el magno caso Odebrecht.

Estamos en una situación bastante complicada, la debilidad institucional ha llegado a uno de los puntos más críticos de nuestra historia democrática moderna, pero aquí el reto precisamente es ese: fortalecer la institucionalidad, no debilitarla promoviendo propuestas o acciones como “en estas condiciones no queremos elecciones” o dedicarse a criticar todo lo relacionado al quehacer público y quedarse de brazos cruzados.

Recordemos que hay quienes viven del caos, y que están sumamente interesados de que el mismo siga en aumento, es momento que como ciudadanos responsables no nos prestemos más a este juego y que pasemos de la fiscalización, protesta e inconformidad a la propuesta.

Por ello cuestiono lo siguiente: ¿Basta con depurar al Congreso?

Es momento de identificar esas voces de cambio que desean construir verdadero proyecto de nación, donde no existan extremos viciosos con intereses mezquinos que lejos de construir, destruyen, fragmentan y dividen.  Como ciudadanos responsables debemos depurar cualquier intento de desinformación y división que exista; recordemos que para criticar todos se suman, pero construir diría yo que pocos muy pocos.

Gobernar nunca ha sido, ni será cosa fácil. Como ciudadanos responsables y probos, debemos saber identificar los liderazgos legítimos en el país y apoyarlos para construir, no para destruir. Es por ello, que considero que es necesario depurar todas las viejas prácticas e intereses mezquinos que anteponen el interés particular sobre el general  y propongamos acciones concretas, legales, institucionales, para sacar adelante a este país que tanto nos ha dado.

Por ello concluyo diciendo, más que subirnos al tren de la crítica y división, seamos responsables de nuestras declaraciones y acciones. Recordemos que cambios pequeños (como no dar mordida a un policía o respetar las señales de tránsito) logran cambios significativos,  por eso actuemos con probidad y ética. Recordemos que la depuración del Congreso realmente iniciará, cuando hagamos un proceso de catarsis ciudadano en nosotros mismos, y trabajemos todos juntos, por un mejor mañana.

Sin esto, duele decirlo pero tendremos, en unos años, nuevamente más de lo mismo.

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