Título completo de la Investigación: Cambio religioso, memoria e identidad. Reconfiguraciones de lo religioso en la posguerra. Una mirada desde San Juan Comalapa, Chimaltenango.
Investigadora: María Victoria García Vettorazzi
El estudio tuvo dos preguntas de partida: ¿Cuáles son las formas concretas de la diversificación religiosa en la posguerra? y ¿cómo esta diversificación religiosa interactúa con la formación y disputa por la memoria, es decir, con la producción de las narrativas e interpretaciones sobre el pasado?
Este estudio se realizó en San Juan Comalapa, municipio de población k’aqchikel, situado en Chimaltenango, en donde coexisten diversas tendencias de cambio de las identidades religiosas. Inicialmente me interesó el cisma de una de las iglesias católicas, la San Juan Bautista, con el catolicismo romano. En 2008, los dirigentes de esta iglesia enviaron una carta al papa Benedicto XVI narrando la “verdadera historia” de su iglesia desde la colonia, para argumentar el porqué de su decisión de separarse de la diócesis y del Vaticano. En esta carta no se habló de la organización socioreligiosa de la década de 1970, ni de la movilización política de catequistas -principalmente de la iglesia del Sagrado Corazón- ni de su represión en los ochenta. Sin embargo, en uno de los murales ubicados a la entrada el pueblo, estos acontecimientos se representan públicamente. El mural fue elaborado por una organización juvenil en la que participan hijos de los catequistas desparecidos y asesinados durante la Guerra Interna.
Las diferencias en el relato sobre el pasado del municipio que se expresan a través de las historias sobre cada iglesia, confirman que la identidad religiosa se entreteje con la identidad política y la construcción de la memoria.
Igualmente, a partir de las identidades evangélicas y de la espiritualidad maya se replantean las relaciones con el pasado y la tradición religiosa y cultural, y se recrean los relatos sobre la historia individual, familiar y comunitaria. La identidad evangélica, principalmente pentecostal, suele distanciarse de la tradición cultural maya, mientras que la espiritualidad maya fortalece los vínculos con esta.
Los resultados del trabajo de campo (basado en la historia oral) y de la investigación en archivos históricos aportaron un panorama más amplio sobre los procesos de cambio religioso en el altiplano central. Señalaron que, además de estudiar la relación entre identidad religiosa y memoria, era importante problematizar los ciclos recurrentes de acomodo, resistencia y disputa entre la religiosidad y espiritualidad desde la cultura maya con el cristianismo -que es cambiante y disputado-, así como los vínculos de largo aliento entre cristianización, colonización y modernización. Las historias de vida, y su contextualización histórica, permitieron pensar el cambio religioso como resultado de la interacción, a través del tiempo, de los proyectos misioneros y eclesiales con los proyectos, perspectivas y cultura de los creyentes regionales y locales. Estas interacciones se entrelazan con la historia sociopolítica de los territorios y la influyen, a la vez que son moldeadas por esta.
El hilo conductor para el análisis y la escritura de los resultados de investigación fue redefinido como “el encuentro religioso (desde una perspectiva histórica) y su papel en la configuración de las identidades religiosas, la memoria y las subjetividades políticas”.
Imagen: Del díptico
Fragmento del mural “Nuestra historia, nuestra memoria”, 2006, Coordinadora Juvenil de San Juan Comalapa (fotografía de María V. García).