Eliú Nuila/ Corresponsal/ Opinión/

Iniciar el décimo mes del año, nos recuerda nuestra infancia al ver tantos estados en las redes sociales que contienen las palabras “FELIZ DIA DEL NIÑO”, palabras que me han puesto a pensar, no en esa sonrisa de un niño, sino en esa lágrima que corre por su rostro.  Pero surge siempre la duda ¿Por qué esa lágrima, si es el día del niño? Entonces veo a mí alrededor y no puedo ser tan ingrato de cerrar mis ojos o hacerme el ciego, para no ver a tantos niños que no solo el 1 de octubre, sino todos los días tienen una lágrima en sus ojos.

Y ¿por qué una lágrima? Muchos dirán, qué pesimista de no pensar en lo alegre que es ser niño, eso lo diremos quienes tuvimos una infancia alegre, pero no todos tienen la dicha de ser felices.

La realidad es que al abrir los ojos nos podremos dar cuenta de hay niños y niñas que tienen que trabajar para mantener a una familia, o simplemente para mantener el vicio de un padre sin corazón.

Una razón por la cual no puedo hacerme el ciego, es porque que en Guatemala aún existen muchos niños y niñas que necesitan de nosotros, que a gritos nos piden ayuda. Me gustó mucha una frase de una persona a quien entreviste en una actividad de celebración del Día del Niño, “Si hoy no guardamos un buen recuerdo en un niño, cuando sea grade será un adulto frustrado, pues no tendrá recuerdos lindos de su infancia”, todo esto me hace pensar aún más en cómo será la vida el niño maltratado, del niño desnutrido,  y como será la vida de aquel niño que jamás en la vida recibió un abrazo o una sonrisa.

No me queda más que decir, solo que está en nuestras manos formar niños y niñas con buenos recuerdos, con sonrisas y aún más con amor. Sé que con ello no lograremos acabar con el hambre, no lograremos quizá acabar con el trabajo infantil, pero de algo estoy muy seguro  y es que lograremos formar a niños y niñas que dirán “yo no quiero que mi hijo pase por lo que yo pasé”.  Y hasta ese momento las escuelas se abarrotarán, nuestros niños tendrán la necesidad de querer estudiar. Siempre he dicho si se estudia, acabaremos con el desempleo y con el hambre, solo la educación lo puede hacer.

Regalemos un abrazo, regalemos una sonrisa y sobre todo amemos a los niños y niñas de nuestro país.

Le pido a Dios por cada niño que hoy no tiene que comer.

Imagen: www.esperanzamovimiento.org

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