Mafer-Sandoval-Mayo

María Fernanda Sandoval / Opinión /

Ante los bombardeos nerviosos pre-exámenes finales, la terrible crisis política y económica que atraviesa el país y los constantes problemas a enfrentar en la vida diaria, se hace necesario un espacio de libertad. Diez minutos de paz. Un respiro. Quizás ese lugar sea la literatura, un arte capaz de resumir en dos palabras la humanidad.

Un escudo del soñador y del desentendido.

Como cuando un niño tiene miedo e inocentemente cree que su mejor arma contra el exterior es esconderse bajo las sábanas. La literatura es un pequeño respiro en guerra. Necesario. Siempre que no se confunda la fantasía con la realidad y se sea capaz de volver los pies a la tierra.

O que sea solo un acto de fe. Una silenciosa manera de hacerte escuchar:

Crónica del hombre

Buscó bajo las piedras y encontró el vacío, el vacío que dejaba un mundo sin cielo, y en el cielo vio el miedo, el miedo de un trueno sin fuente y en la fuente del miedo del trueno encontró a Dios. Buscó en su reflejo y en el espejo del agua encontró la soledad del desierto, del desierto donde descubrió el frío y buscó entonces el calor de los cuerpos. Y encontró en las pupilas de ella el sol, y en el sol el sabor de sus besos y en sus besos los sonidos de dentro, que lo llevaron a buscar los silencios. Buscándolos encontró el pasado y en él se topó con el tiempo, con el tiempo que llevaba a un destino y entendió la importancia del quiero. Quiso mucho y al ver qué quería lo sorprendió de repente el deseo y encontró en él la riqueza, y con ella los indicios del puedo y en el puedo el valor de los sueños. Y encontró sueños que morían, buscó muerte y fue triste el invierno. Y al pretender olvidar la tristeza encontró en el olvido el recuerdo, el recuerdo de una vida vacía que lo llevó a llenarla de excesos.

…y entendió que entre tanto, él se había perdido.

María Fernanda Sandoval.

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