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María del Mar Leal / Brújula /

En más de alguna ocasión todos hemos escuchado sobre la comunidad LGBT, en su más reciente momento al legalizarse el matrimonio homosexual en Estados Unidos. En Guatemala, la comunidad LGTB existe pero probablemente no la conocemos a fondo. Muchos desconocemos que en nuestro país existen entidades organizadas como Oasis, la Red Nacional de la Diversidad Sexual y otras más, así como instituciones como el Instituto Nacional Democráta (NDI por sus siglas en inglés), que se encargan de velar por los derechos de mencionada comunidad.

Ante el panorama electoral actual, ¿qué buscará y esperará esta comunidad de los nuevos gobernantes?

Según la Organización de las Naciones Unidas, las siglas LGBT representan a las personas lesbianas, gay, bisexuales y transgénero. Exponen también que las personas LGBT están expuestas a cualquier tipo de violación de sus derechos humanos; “a menudo los Estados no alcanzan a proteger debidamente a las personas LGBT contra el trato discriminatorio en la esfera privada, en particular en el lugar de trabajo, la vivienda y la atención de la salud.”

Reconozcámoslo, muchas veces nosotros podemos confundirnos con los términos.  Por ello, Carlos Romero de la Red Nacional de la Diversidad Sexual hace una breve diferenciación sobre las personas lesbianas, gay, bisexual y trans.

Necesidades y obstáculos de la comunidad LGTB

Son muchos los obstáculos que encuentra esta comunidad dentro de la sociedad. En el caso de los niños y adolescentes, muchos de ellos suelen ser intimidados en el lugar de estudios y expulsados de sus hogares, internados a la fuerza en instituciones psiquiátricas u obligados a contraer matrimonio por su orientación sexual.  Puntualmente, a las personas transgénero muchas veces se les niegan documentos de identidad que reflejen el género con el que se identifican, y esto les afecta de manera significativa, ya que sin ellos se les dificulta conseguir trabajo, viajar, tener una cuenta bancaria, entre otros.

Para conocer un poco más sobre las organizaciones guatemaltecas y sus propuestas dirigidas al Estado, decidimos aproximarnos a la Red Nacional de la Diversidad Sexual, siendo Carlos Romero quien nos respondió algunas preguntas al respecto.

Carlos Romero explica el panorama que ellos ven desde su institución, sobre cómo se han abierto muchas puertas que antes no existían y los puentes que se han hecho entre las distintas organizaciones. Desde la comunidad LGBT, actualmente es un momento valioso porque han logrado posicionarse, reconociéndose como un movimiento con propuestas.

La Red Nacional de la Diversidad Sexual cuenta con propuestas concretas como institución. Actualmente están haciendo, por primera vez, una estrategia en el marco del año electoral, en la cual tienen diálogos con candidatos para conocer la posición de los mismos respecto a la comunidad de la diversidad sexual.

La agenda de la institución no se enfoca en el matrimonio igualitario, hacen énfasis en otros temas que ellos consideran imprescindibles, como temas de salud, educación, discriminación, Ley de Identidad de Género, entre otros.

Carlos Romero expresa que el Estado ha dado muy poca respuesta a las agendas de la diversidad sexual. Incluso, el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas hizo recomendaciones puntuales -en dos ocasiones- al Estado de Guatemala, recomendaciones que nunca fueron asumidas. Ante estas respuestas, muchos de ellos y ellas viajaron y -por decirlo de manera puntual- demandaron al Estado de Guatemala y plantearon las necesidades de la comunidad LGBT. Para todo esto, ellos trabajan actualmente en propuestas puntuales ante las deficiencias del Estado y su falta de suplir las mismas.

Romero nos comenta que no ha sido fácil el camino que han recorrido. Sin embargo, se han topado con “islas progresistas” -como ellos les llaman- dentro del Estado, como lo es parte del Ministerio Público. Además, le han solicitado al Estado que tome postura con las comundades LGBT.

Claramente, cada grupo invisibilizado de la sociedad tiene sus dificultades y se topa con obstáculos, tanto culturales como estatales. Sin embargo, muchos de ellos se encuentran muy bien organizados, cuentan con propuestas estructuradas, buscan visibilizarse y encontrar soluciones factibles a las problemáticas que los atañen. Problemáticas como las que todos los grupos sociales tenemos.

¿Qué pasaría si volviéramos en el tiempo, y ya no contáramos con ciertos derechos y fuésemos discriminados por nuestra grupo étnico, religión o cultura? Apoyar e informarnos sobre estos grupos es una de las mínimas cosas que podemos hacer; todos tenemos a un amigo o familiar que se autodenomine parte de la comunidad LGBT. ¿Qué mejor acción que apoyarlos a ellos y a toda una comunidad existente? Dejemos atrás los prejuicios, todos somos humanos y tenemos derechos que deben ser cumplidos y garantizados. Estar atentos a qué están proponiendo los candidatos ante los derechos de esta comunidad, también es nuestra responsabilidad como jóvenes en estas elecciones.

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