Beto Barrera/ Opinión/
[quote]“En un país donde las leyes no se respetan, ser punk no es como en otros países donde sería romper la ley, aquí para ser punk hay que obedecerlas, respetarlas y creo que encontré mi camino al querer lograr que exista algo: justicia”.[/quote]
Julio Prado no lo pudo decir mejor.
Desde la primera vez que leí esa frase me llamó poderosamente la atención la fuerza que entraña, el llamamiento a ser correctamente rebelde, educadamente desobediente diría Cultura Profética.
El esfuerzo de despojarnos –los hombres– de prácticas sexistas o misóginas. El esfuerzo de despojarnos de bromas racistas. El compromiso de propiciar ambientes cordiales, agradables, positivos. Llevar un estilo de vida congruente, más allá de lo que se pueda reflejar en las redes sociales. Todos actos de rebeldía, de ir contra lo establecido para buscar un sentido más gratificante y realizable. Una vida más honesta y menos vacía.
Sin embargo, hoy parece ser que la rebeldía y la contra-cultura es la moda. Entonces es ahí cuando nos debemos preguntar ¿cuál es el verdadero sentido de ser rebelde? Cada quien puede construir el concepto según su experiencia, para mí es cuestión de vivir a partir de la insaciable curiosidad de ver más allá de lo que nos muestran. De experimentar, cuestionar, crear, enseñar y compartir. De formar hábitos que no sean los cotidianos, para ofrecer a la sociedad, a la humanidad, una nueva perspectiva.
Lo que pasa ahora es que muchos quieren ser rebeldes y buscan desenfrenadamente las muchas formas para hacer cosas “fuera de lo normal”.
No obstante hay algunas reglas en el juego que nunca cambiarán. Por más que nos alejemos, estas serán los engranajes para que podamos vivir en sociedad de una forma más incluyente y armónica. Las reglas están ahí y ahora, cuando menos se cumplen, es un acto de rebeldía apegarse a lo que en su momento se estableció. Dejar fuera ese entramado de prácticas contra la ley y apegarse a lo real. Motivarnos por el bien más que por el provecho. Ser uno con todos. Mirarnos a la cara y reconocer nuestras diferencias pero también nuestras aspiraciones comunes.
Ser transparente.
Una fuente de vibra positiva.
Ser rebelde es ser ese espacio de crecimiento para las personas que nos rodean. Ser ejemplo positivo de lo real, de la verdad.
Rebeldes son los que evidencian las deficiencias del sistema, pero más que eso, aquellos que se comprometen a demostrar con el ejemplo.
Este ejemplo, a decir de Julio Prado, es a hacer lo correcto. A ser congruente.
Recomendación final: Rat Race de Bob Marley. Aprovechando la época de celebraciones por el que sería su cumpleaños número 72, Bob Marley hace referencia en esta canción a una carrera de ratas, en la que a pesar de que corren y corren no llegan a ningún lugar. Actualmente pareciera ser que nos encontramos empeñados en hacer las cosas en contra de nuestras aspiraciones comunes, de nuestro ánimo de armonía y convivencia.
Seguimos esforzándonos por seguir avanzando como sociedad pero progresivamente nos estamos volviendo más individualistas.
Imagen: Soy502