Suena la alarma, son las 4 de la mañana. El cielo aún está oscuro, pero ya es hora de levantarse. Empieza un nuevo día lleno de retos y oportunidades. Es difícil despertarse tan temprano, pero requiere de más trabajo ser paciente para soportar tanto tránsito vehicular.

Desayunar, bañarse, tener todo listo y salir corriendo lo antes posible para ” no encontrar tanto tránsito”. 5 minutos en la hora de salida hacen la diferencia entre llegar a tiempo o media hora tarde. Nunca se sabe si puede pasar algo, si hubo un accidente, si no está habilitado el carril reversible, si hay un retén de la policía de tránsito, cuándo van a reparar los baches o arreglar la acera. Madrugar para encontrar un buen lugar, para encontrar parqueo, para que el bus no esté tan lleno, con la esperanza de llegar bien y a tiempo.

Las colas son largas y el tiempo se siente interminable. Los programas matutinos de la radio son una buena compañía, nuestra playlist favorita de Spotify, las sabias indicaciones de Waze o quizá la persona al lado con la que vamos conversando. Salimos cuando el sol sale y regresamos cuando la luna está alumbrando. Las jornadas son largas y algunos “desayuno-cenamos” en marcha; los horarios pueden ser complicados.  Los minutos pasan y la paciencia se agota, los kilómetros pasan y también la gasolina se agota.

Te has preguntado, ¿cuánto tiempo pasamos en el tránsito al día, a la semana o al año?

¿Cuántos libros podríamos leer en ese tiempo? ¿Cuánto tiempo familiar dejamos de pasar? ¿Cuántas horas de sueño nos estamos perdiendo?

Las razones del caos vehicular son muchas, no es solo por más vehículos en circulación. Es necesario llevar a la mesa de discusión la descentralización del Estado en algunos servicios, la necesidad de un transporte público seguro y de carreteras en óptimas condiciones. Las soluciones van más allá.

Las interrogantes siguen surgiendo. ¿Cuándo habrá un transporte público seguro? ¿Cuándo podremos transitar por calles en buen estado? ¿Cuándo vamos a pasar menos tiempo en el tránsito para disfrutar más de la vida?

Pasajero de bus o de Uber, cliente de taxi, conductor, motorista, copiloto o ciclista, cada uno a su manera inmerso en el caos vehicular. Cada uno transita las mismas calles y pasa por la misma avenida.

¿Cuáles son algunos de los retos?

La señalización en las calles es esencial para evitar accidentes e inconvenientes. Incluyendo semáforos que funcionen bien, límites de velocidad establecidos y respetados, carriles señalizados y agentes de tránsito capacitados que ayuden a controlar el tránsito.

Es importante la educación vial en conductores, pasajeros y peatones, para hacer de las calles un lugar seguro.

Descentralización de la ciudad para mejorar la movilidad de cada habitante. La población en la ciudad crece exponencialmente, los servicios públicos están saturados y las oportunidades de una mejor calidad de vida quedan limitadas. Aunque es un tema que debe estudiarse a fondo, podría analizarse la movilización de algunas dependencias del Estado, empresas y fábricas a lugares cercanos, pero fuera de la metrópoli.

En la actualidad, municipios aledaños a la ciudad como Mixco y Villa Nueva, se han convertido para cientos de personas en ciudades dormitorio. También llamadas ciudades satélites, en donde sus habitantes tienen fuentes de empleo dentro de la ciudad y se ven obligados a trasladarse cada día hacia allá, utilizando su hogar solamente para dormir y descansar los fines de semana.

Urge un transporte público seguro, ordenado y accesible para que cada pasajero pueda sentirse a gusto y llegar a tiempo a su lugar de destino.

La promoción de medios de transporte alternativos como el uso de bicicletas, ayudando a descongestionar las calles y proporcionando una opción de transporte amigable con el planeta. (A diferencia de los vehículos que generan la emisión de contaminantes a la atmósfera).

La solución de fondo al congestionamiento vehicular es un tema que debería estar en las agendas de trabajo de los alcaldes de turno de los municipios en el área metropolitana y, es un tema trascendental que debe estar incluido en las propuestas de los candidatos a la alcaldía próximos a postularse.

En el ámbito personal, sirven acciones sencillas que pueden cambiar la vida, cómo usar siempre el cinturón de seguridad y usar las direccionales al manejar. Otras más simples como tener cortesía y dar la vía, ceder el asiento o agradecerle al conductor que nos dio espacio para cruzar.

A pesar de todo… ¡Qué linda es la vida! Porque si le vemos el lado positivo al asunto, después de tanto tiempo en carretera nuestra paciencia se va fortaleciendo.

Gracias caos vehicular de la ciudad de Guatemala por enseñarnos a valorar el tiempo y ser más pacientes.

Compartir