Astrid Perdomo de Arriola
Si les pregunto con qué elementos de la vida cotidiana se identifican; si son del Real o del Barca, Rojos o Cremas, Sancarlistas o Landivarianos, o si prefieren Facebook o Twitter, de seguro no titubean y su respuesta es inmediata. Pero si les pregunto, ¿Qué partido político les parece mejor?… quizá me quede esperando o me respondan que prefieren al que tiene mejor publicidad.
Esto es un problema; pero puede que la culpa no esté del todo en nosotros. La historia de los partidos políticos en Guatemala ha sido inestable con un ambiente de falta de institucionalización por parte de los mismos. Esta situación se presenta dado que éstos tienen una corta vida y son llamados “partidos electoreros”; que participan y realizan campañas únicamente en año electoral. Año en el cual nos vemos contaminados por toda la propaganda que hacen, lo cual puede llevarnos a identificarnos por las campañas llamativas.
Dato: el partido político más antiguo actualmente es el PAN, fundado en el año 1989; y entre los más recientes, están LIDER y VICTORIA, fundados en noviembre del 2010.
Estas apariciones tan esporádicas de los partidos, no permiten que los ciudadanos les sigan la pista de cerca y estén convencidos acerca de los postulados ideológicos del partido. Para poder contrarrestar un poco esta situación, en el 2004 se plantearon una serie de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la cual regula todo lo que se refiere a los partidos políticos y las elecciones. Estas reformas planteaban la búsqueda para mantener el número de partidos políticos, apuntando a generar ciertos incentivos a la estabilización de un sistema partidario, contrariando el frecuente nacimiento y muerte de partidos políticos. A pesar de estas reformas al sistema partidario de Guatemala, éste aún se caracteriza por ser inestable, tener un alto nivel de volatilidad electoral – ¿cuántas veces cambian los diputados de partido político en un mismo período legislativo?- y por las presencia de partidos “flash”. Entonces ¿será la falta de identidad de los ciudadanos hacia los partidos políticos una falta de interés o una falta de los partidos políticos en presentarnos incentivos?
En mi caso como estudiante de la facultad de Ciencias Políticas, la respuesta es ambas. Existe una preocupación por la falta de identificación política de los guatemaltecos, que los lleve a apropiarse y creer en una ideología, para luego acercarse a una asociación política. Como jóvenes, el involucrarse en los movimientos con los cuales nos identificamos – no necesariamente políticos-, pero que nos inserten a la realidad nacional, como los movimientos de Un Techo Para Mi País o Jóvenes por Guatemala, puede ser un primer paso para ir creando una identificación política. Sin embargo, en el caso de los partidos políticos, debe de existir una mayor preocupación por buscar ese acercamiento a la población con propuestas concretas, en todo momento y no únicamente en año electoral.
Por ello, la identidad en estas elecciones no debe tomarse como una batalla perdida, si no totalmente al contrario; asumir esta falta de identidad y trabajar en ella. ¿Cómo? Interesándose por lo que los partidos políticos planteen y si dado el caso nos identificamos con alguno, acercase y no perder el interés luego de emitir el voto. Hacer lo posible para que esta razón siga existiendo, logrando hacer presión ciudadana y no permitiendo que estos jueguen sus cartas en años electorales sino respeten sus postulados; así lograremos mejorar el sistema de partidos políticos, y con ello, nuestra identificación hacia ellos.
A pesar del reto que esto implica, podemos llegar al momento en donde llegar a ponernos una camisola de un partido político nos identifique igual y con la misma ilusión, que una camisola de fútbol. ¿Aceptas el reto?