La realidad a la que se enfrenta la sociedad guatemalteca, debates y cursos que dan relevancia, acercan y familiarizan el valor de la Responsabilidad social en el desenvolvimiento de mi persona, tanto como estudiante, como una joven y principiante ciudadana, me motiva a analizar la incidencia que este valor significa y tiene en nuestras decisiones, opiniones y sobre todo, acciones en nuestro proyecto de vida y crecimiento personal, relacionándolo así, con lo que la práctica de este valor representa en nuestro rol como ciudadanos, como miembro que se desenvuelve y apoya en una sociedad que pide a gritos ser controlada, cuidada, apoyada y atendida, con los facilitadores necesarios para el satisfactorio provecho y goce de los derechos, como que el actualmente se ve muy perjudicado, el derecho a la salud.
No se trata de estar en contra o favor, sino que de la consciencia al apoyar, actuar y tomar la decisión a la manifestación
La indiferencia, falta de transparencia, de información pública, de práctica de ética, simpatía y responsabilidad de quienes ahora muy difícilmente se reconocen como representantes de la sociedad guatemalteca, ha ocasionado que la sociedad, aquella que por obvias razones, necesidades, exigencia de derechos y valores, hace lo que sus antepasados e historial social y ciudadano que los guatemaltecos de generaciones pasadas han dejado como legado y constancia de las luchas que la sociedad guatemalteca ha afrontado… manifestarse y expresar el descontento y desacuerdo con la mala o nula administración del sistema y recursos. Una ya característica y familiar forma de pronunciar lo que tanto agobia y afecta evidentemente a toda la sociedad es sin duda, una forma de unión y cooperación de todas las comunidades que conforman la gran sociedad de Guatemala.
Y si bien esta es una forma en la que se ha demostrado que el pueblo se hace escuchar y delata la falta de respeto y efectividad del gobierno, es al mismo tiempo, como bien me han ayudado a entender mis amigas de curso, la única de su conocimiento o la más factible a la que la sociedad puede recurrir y la que sin duda utilizan frecuentemente para responder ante la opresión y engaño, pero que muy posiblemente no sea para buscar una solución que produzca un cambio efectivo y que rompa con el ciclo sin fin de corrupción por el que tanto se lucha. Bajo este planteamiento, podemos detenernos entonces a pensar si las manifestaciones que exigen renuncia al actual presidente son debido a la búsqueda de un cambio y propuesta de alternativas que mejoren el sistema y forma de vida de los guatemaltecos, o si se trata más bien de una respuesta desesperada y con mucha razón, de la mayoría de los ciudadanos que no son del todo conscientes de las consecuencias, la verdadera búsqueda de efectividad y que ve a la manifestación como una forma de responder y dar a conocer que está en desacuerdo o de demostrar que le interesa la situación. Pues tenemos todos claro que lo haremos como sociedad después de destituir a un gobernante que viene y respalda sus planes e ideas de un sistema jerárquico…?
Todo inicia con el ciudadano que es consciente de su obligación, a comprometerse a ser agente de cambio
Muchas veces, los sentimientos, necesidades, ideales, valores e incluso la presión social, orienta a decidir y actuar de cierta forma, a hacer o expresarse de determinada forma; ya sea porque sigue la idea y propuesta de la mayoría o porque es la opción más común y viable. Sin embargo, toda intención de generar movimiento, revolución, cambio o elevación de calidad de vida, se ve afectada y desmotivada por la ignorancia o la falta de compromiso y responsabilidad que se encuentra ligada a las acciones, decisiones y rol de ciudadano de cada persona que conforma la sociedad, además de la existencia de problemáticas más complejas, estructurales y necesidades (satisfacción de derechos que complementen el crecimiento y conocimiento integral) que necesitan ser prioridad para alcanzar la efectividad y cambio que las manifestaciones y exigencia de renuncia pueden significar.
Todo lo que hace falta son decisiones con compromiso
Muy pocos tenemos la oportunidad y las herramientas para comprender el compromiso que lleva consigo simplemente ser y desenvolverse dentro de una sociedad y la responsabilidad de responder, actuar, decidir y ser conscientes de la realidad a la que la misma se enfrenta; además, de lograr un desarrollo y práctica de valores que nos inspiren a la búsqueda de un bienestar colectivo. Por lo tanto, tenemos la oportunidad de analizar y proyectar el resultado, previo a la realización de acciones y determinar las consecuencias que cada una lleva consigo, haciendo así, la diferencia y grado de responsabilidad que conlleva nuestro privilegio y haciéndonos pensar dos veces antes de actuar y de apoyar ideas y movimientos, para precisamente estar preparados, ofrecer las alternativas o propuestas que cumplan con la trascendencia que tanto se busca o ser conscientes que posteriormente se debe lidiar con las consecuencias que una renuncia, que una manifestación, que una revolución o cualquier otro acontecimiento puede ocasionar.
De esta forma, no se concluye que alguna acción ciudadana, como las manifestaciones y ejercicio de libertad de expresión sean injustificadas o no valgan la pena, sino que al contrario, son motivación para que todos seamos agentes de cambio, miembros de una sociedad que no solo reaccione, sino que tenga un pensamiento crítico, sea independiente, fuerte y valiente para alcanzar un resultado efectivo y duradero para la sociedad democrática, inclusiva y de calidad en la que todos aspiramos a vivir.