Por: Yosselyn Jochola y Patricia Xiquin
La pandemia COVID-19, ‘virtualizó’ la educación en Guatemala y el mundo; la modalidad a distancia, en la educación de los niños y jóvenes, ha sido la principal alternativa a la que se han acogido las instituciones educativas, con el fin de seguir los procesos académicos y formativos en tiempos de pandemia. La variedad de servicios y la inmediatez que brinda estar conectados a diferentes opciones virtuales, se han convertido en las nuevas aulas de clase y formas de educar.
A pesar de las bondades, la educación virtual no ha tenido la importancia que merece, sin embargo, también es valorada de forma significativa por otros colectivos (Barberá, Badia, & Mominó, 2001), y aún más si se tiene en cuenta la época de pandemia de COVID-19, en la cual fue el único modo para dar continuidad a la educación, debido a los confinamientos, cuarentenas y restricciones emitidas por las autoridades de distintos países.
Ante la situación descrita, es necesario que la educación virtual tenga un alto nivel de calidad que contribuya al desarrollo de las competencias de los educandos.
En Guatemala, no todos los estudiantes tienen acceso a las Nuevas Tecnologías de Comunicación adecuadas para sus procesos formativos y algunos, deben compartirlas con otros miembros de la familia. Aquellos estudiantes que no cuentan con los dispositivos o infraestructura tecnológica en casa, no pueden unirse a esta modalidad, teniendo en cuenta que de 3.2 millones de hogares guatemaltecos, únicamente el 21% tienen acceso a una computadora y, solamente el 17% cuentan con acceso a internet, esto según el Censo Poblacional 2018. Según la Unesco, aproximadamente 113 países han cerrado sus centros educativos para proteger la salud de los estudiantes, debido a la pandemia del COVID-19 y enfrentar inmediatamente el desafío de adaptarse rápidamente a un mundo digital.
La falta de interacción física es una de las principales preocupaciones entre educadores y padres de familia. Según Elsy Jordan:
“la virtualidad llegó para quedarse, pero no buscamos reemplazar la presencialidad, porque esta brinda herramientas socio afectivas y cognitivas que son importantes para los procesos de aprendizaje que se viven en el aula”.
Por su parte, la directora de la Corporación Red Papaz, Carolina Piñeros, explicó que el contacto físico y las experiencias que se viven en los centros educativos, principalmente los de primera infancia, son primordiales para el desarrollo de sus personalidades y relaciones, es por eso que, considera el regreso a las aulas como una necesidad.
A continuación se enlistan una serie de aspectos a tomar en cuenta, respecto a las clases a distancia:
- Los hogares se convirtieron en aulas de clase, y en ocasiones no están adecuados para las jornadas de estudio. Al respecto, Arcila agregó que “los dormitorios ahora son los salones de clase, el comedor es la mesa de estudio, esto hace que los estudiantes no diferencian el contexto educativo y el personal”.
- Exposición a largas jornadas trabajando con dispositivos electrónicos. El tiempo en el que los estudiantes se exponen a pantallas y dispositivos genera un cansancio físico y problemas de salud, principalmente de visión, cuello y espalda.
- Otra desventaja es que hay mayores distracciones y poca disposición. Los estudiantes están expuestos a varios distractores: charlas, juegos, televisión, videojuegos, redes sociales, etc.
- Más allá de los modos de conexión, es más claro que nunca que el trabajo docente es irreemplazable y necesitamos revalorizarlo.
Aún en circunstancias adversas, son los y las docentes los que se pusieron al hombro la presencia de la escuela en los hogares, a veces con más y a veces con menos apoyo institucional. Vemos experiencias en todo el país acerca de cómo maestros y profesores siguen ocupando un espacio diario en la vida cotidiana de niñas, niños y jóvenes, tanto con tareas académicas como sumando una voz autorizada que pide que nos cuidemos, que no salgamos. Tomando en cuenta las dificultades que atraviesa Guatemala, en el acceso a intennet y tecnologías de comunicación, nos queda por pensar cómo, a la distancia, podemos generar una relación con el conocimiento, que de ninguna manera se limita a la resolución de actividades. Pero eso es algo sobre lo que tendremos que empezar a cuestionarnos. Lo común, ese tema que siempre enseñó la escuela, hoy también es eso.
“En tiempos de cambio, quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe” Eric Hoffer