Dino Villalta/ Agrupación TOGA/
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba ahí.” No es una frase célebre; es un cuento célebre. Según el autor, Augusto Monterroso, “sus interpretaciones son tan infinitas como el universo mismo”. Así que aprovechando el cheque en blanco que el escritor guatemalteco deja a los intérpretes, me permito añadir una metáfora más al microrrelato más breve de la literatura hispana.
En los últimos meses, los pobladores de este país hemos sido aturdidos por diversas primicias que, por inverosímiles, nos demuestran que en este pedazo de tierra, la realidad supera cualquier ficción de George Orwell[1] o – peor aún – Aldous Huxley[2] y [3]: desde la manifestación pacífica a pocos kilómetros de la – aparentemente aislada – capital[4], hasta las declaraciones típicas, antijurídicas, culpables y punibles de nuestro Presidente de la República[5], sin dejar de lado los textos literarios plagiados[6], los préstamos que embargan el futuro de los aún no-nacidos[7], la no “renovación del contrato” de la única Fiscal General que ha hecho más que calentar su asiento[8], el expresidente[9] y los ejecutores extrajudiciales juzgados en tierras foráneas[10] y el presunto genocida con su juicio engavetado en el olvido[11]; todas ellas manifestaciones de la extravagante vida cotidiana en Guatemala.
Vivimos en una sociedad somnolienta o por lo menos eso es lo que damos a entender.
Cada actualización noticiosa que recibimos pareciera calar cada vez menos en nuestro sistema nervioso central, al punto que ya ni produce reacción o reflejo alguno. Esta sociedad, como pocas en el mundo, tiene vastos motivos para manifestarse constantemente, de la forma que estime pertinente. Cada página de cualquier medio de información escrito viene dotado con lo que, en cualquier parte del mundo, serían esteroides para revolucionarios, pero aquí pareciera que somos inmunes a ellos o quizás solo estamos dormidos.
Aparentemente nuestra sociedad, lo que le rodea y lo que le acontece es completamente irrelevante, siempre que el “Tata” Martino no siga al frente del Barcelona, mientras los bloqueos brasileños no lleguen a opacar el mundial, toda vez Diego Costa se recupere de su lesión y “primero dios” no haya Maracanazo este año. Nos seguimos dosificando largas horas de entretención – entre otras drogas -, para que cuando lleguen las noticias auténticamente relevantes, cualquier caso nos resulte intrascendente y podamos seguir durmiendo en paz.
Mientras tanto, por ejemplo, el Presidente puede intentar perpetuarse en el poder cual militar de épocas no tan antiguas, aunque hay que reconocer que este quiso hacerlo “legal”, como Hugo Chávez en su momento[12]. Algunos se pronunciaron a favor, otros en contra y hasta atrás en el aula, alguien levantó la mano y dijo: “¿no es esto ilegal; algo así como un delito?”. Fue entonces cuando algunos abogados y otros grupos civiles alzaron la voz. Para mientras, el Ministerio Público (quien debió haber actuado de oficio) y el Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala, guardaron silencio.
“Terrible la apatía de las Instituciones del Estado”, dijo alguien, pero pareciera que olvidamos que esas instituciones son el vivo reflejo de la sociedad; aquellas son tan apáticas como esta y la culpa es solo nuestra. Y si la propuesta hubiese sido más popular de lo esperado, ¿habríamos salido a manifestar como ciudadanos? ¿Habríamos exigido el respeto de nuestros derechos constitucionales (como se hace en La Puya)? ¿El Congreso hubiese desconocido al Presidente? ¿Nos habríamos organizado los estudiantes universitarios? ¿Se habrían pronunciado las universidades al respecto? ¿La Corte de Constitucionalidad hubiese actuado de oficio? Dejo de preguntar porque temo pensar en un “no” como respuesta… aún así, el silencio de nuestra sociedad tan solo denotó desidia, pereza y sopor.
Podría explayarme “a placer” en el tema o seguir con los ejemplos que deberían despertar en nosotros algún sentimiento o despertarnos a nosotros por completo, pero no es el objeto de este escrito. El punto es que a todas luces formamos parte de una sociedad dormida, lo cual indica que nosotros mismos somos víctimas del letargo.
Estar conscientes de que dormimos “el sueño de los justos”, es el primer paso para acabar con esta pesadilla mortal.
Hemos de estar advertidos que al despertar, la pesadilla no se habrá ido, sino se habrá convertido en un ser prehistórico sobrealimentado con nuestra modorra. El día en que despertemos, el dinosaurio seguirá allí, pero esta vez realmente podremos enviarlo a la extinción de la que le permitimos escapar.
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[1] George Orwell, autor de “1984”
[2] Aldous Huxley, autor de “Brave New World” / “Un Mundo Feliz”
[3] La diferencia entre ambos autores puede verse en este link: http://goo.gl/x9i8sz
[4] Centro de Medios Independientes. ¿Qué pasa en La Puya?: http://goo.gl/gLD6N2
[5] elPeriódico. “Trasladan denuncia contra Pérez a Fiscalía de Delitos Administrativos”: http://goo.gl/y468Om
[6] Publinews. “M. Baldizón está de nuevo en la mira por copy-paste”: http://goo.gl/WI5a4k
[7] elPeriodico. “Luz verde a Q550 millones más para Presupuesto 2014”: http://goo.gl/wlOK98
[8] El País. “Se consuma la defenestración de una fiscal incómoda para el poder en Guatemala”: http://goo.gl/OuQtxY
[9] El País. “EEUU condena a 70 meses a un expresidente de Guatemala”: http://goo.gl/AmgNX8
[10] elPeriódico. “Esa purga es un crimen contra la humanidad”: http://goo.gl/6PbrHU
[11] elPeriódico. “Salas se excusan ante proximidad de proceso de postulación”: http://goo.gl/VyL8Ii
[12] La Vanguardia. “Diez años de la Asamblea Nacional Constituyente de Venezuela”: http://goo.gl/NOkKbY