Por muy alejado del activismo o de la comunidad LGBTTIQQAP+ que te encuentres, seguramente alguna vez en tu vida has escuchado de la conmemoración del pride y como junio es utilizado por la comunidad sexualmente diversa, para conmemorar todos los hechos históricos que se han enfrentado, para poder llegar a la realidad actual.
Aunque han existido muchísimos acontecimientos que han marcado el desarrollo y el reconocimiento de los derechos de la comunidad sexualmente diversa, alrededor del mundo, personalmente creo que los disturbios acontecidos una noche de 1969 en las calles de New York, fue el detonante definitivo que generó el reconocimiento de la comunidad sexualmente diversa a nivel mundial.
A fines de la década de los 1960, en la mayoría de los estados de Estados Unidos, todavía era ilegal ser sexualmente diverso, ni una sola ley protegía a las personas diversas de la discriminación y no había políticos abiertamente diversos o a favor de los derechos de la comunidad LGBTTIQQAP+ o íconos de la cultura pop, que reflejaran la realidad de la diversidad sexual.
Las personas sexualmente diversas, eran etiquetadas de enfermos mentales por la comunidad de médicos de ese entonces, eran tachados de inmorales por los líderes comunitarios y activistas de la época, de incontratables por el gobierno, de depredadores por los noticieros y de criminales por la policía.
Stonewall incitó a una generación de activistas a formar un movimiento masivo de derechos civiles, en pro de todas las minorías sociales. Pero muchas de esas personas ya no están aquí para contarnos su historia de lo que sucedió, todas y cada una de ellas marcaron un antes y un después en la lucha de la igualdad de los derechos humanos.
Medio siglo atrás en Nueva York, cuando seis policías hicieron una redada en un bar de ambiente LGBTTIQQAP+ regentado por la mafia durante una calurosa noche de verano, nadie sospechaba que la chispa que sus acciones se encendería e iba a transformar la vida de generaciones futuras.
Pero ¿Qué era el Stonewall Inn? El Stonewall Inn abrió sus puertas como un club de ambiente LGBT+ en 1967, en el corazón del bohemio barrio de Greenwich Village de Manhattan. A pesar de los vientos progresivos que azotan a la nación, Nueva York era famosa por su estricta aplicación de las leyes contra la diversidad sexual, leyes que hacían peligroso que la comunidad LGBTTIQQAP+ se congregara en público y mucho menos en un bar.
La mafia intervino para cosechar los beneficios. Para evitar las regulaciones estatales que prohibía a la comunidad sexualmente diversa servir bebidas alcohólicas, el mafioso “Fat Tony”, dueño del bar, operaba el Stonewall Inn como un club privado.
Las personas trans eran clientes ocasionales, pero en esa época, se auto identificaban como drag queens o travestis, no como transgénero. Y rara vez se vestían con todo el atuendo, teniendo en cuenta no solo el acoso en la calle, sino también una ley que prohibía usar más de tres prendas de vestir, asociadas con el sexo opuesto. Siendo Marsha P. Jhonson y Silvia Rivera, clientes trans habituales de este bar, quienes posteriormente se convertirían en figuras insignias de los disturbios e íconos LGBTTIQQAP+, históricamente reconocidas como las madres de la comunidad.
“Al principio solo era un bar de hombres gay. Y no permitían que ninguna mujer entrara. Y luego comenzaron a permitir que ingresaran las mujeres. Luego dejaron entrar a las drag queens”, Marsha P. Johnson.
Debido a que servía a clientes que pertenecían abiertamente a la comunidad LGBTTIQQAP+ de New York, las redadas policiales eran comunes el día a día en el bar. La gerencia de este lugar, generalmente sobornaba a la policía para que les avisaran por adelantado de las redadas y pudieran encender las luces e interrumpir las operaciones del bar, para prevenir cualquier tipo de arresto y acoso policial.
Pero las noches del 27 y 28 de junio de 1969, no hubo soborno alguno que detuviese la redada que originó el levantamiento de seis días, en las calles de New York.
El origen de los disturbios…
Para fines de la década de 1960, el movimiento por los derechos de la comunidad LGBTTIQQAP+, cansado de los abusos policiales y del irrespeto de sus derechos humanos básicos y fundamentales, estaba ganando impulso en la mayoría de ciudades importantes de Estados Unidos.
Los disturbios de Stonewall no fueron las primeras manifestaciones públicas de la comunidad sexualmente diversa, pero sí las más importantes, debido a la cobertura de los medios y la unidad de todos los grupos pertenecientes a la comunidad.
Antes de los disturbios de Stonewall, miembros de la comunidad LGBTTIQQAP+ se enfrentaron con la policía en Cooper’s Donuts y en la taberna Black Cat, en Los Ángeles; en la cafetería Compton de San Francisco; y en el restaurante Dewey’s en Filadelfia, entre otras escaramuzas.
Se organizaron manifestaciones en Washington para protestar por la exclusión de los homosexuales del servicio militar y se reunían en Filadelfia cada año, el 4 de julio, para recibir “recordatorios anuales” que exigían protecciones legales.
El martes 24 de junio de 1969, la Policía allanó Stonewall, irritando a los clientes que estaban cansados de ser acosados. Pero el inspector adjunto Seymour Pine, comandante de la unidad anti vicio del Departamento de Policía de Nueva York, no se echó para atrás. Regresó el viernes siguiente con planes de destrozar el bar y abofetear a los dueños con suficientes infracciones, para cerrar de una vez por todas el bar. Casi inmediatamente, la policía encontró resistencia.
Alrededor de 200 clientes, entre ellos lesbianas, hombres gays, personas transgénero, adolescentes fugados y drag queens, fueron expulsados a la calle. Una multitud se volvió contra los agentes que se refugiaron dentro del bar, que minutos antes habían allanado por seguridad. Los clientes del bar estaban acostumbrados a huir de la policía, pero esta vez eran ellos los que estaban a la ofensiva y los policías de retirada.
A pesar de lo limitada que era la comunicación en aquella época, la noticia de los disturbios se extendió de forma enérgica por la ciudad, a la mañana siguiente. La primera noche después de la fallida redada, atrajo de 500 a 600 personas que también estaban hartas de los abusos policiales, pero un estimado de 2.000 personas se presentó fuera del bar el sábado por la noche, en apoyo de aquellos que encabezaron la revuelta durante el primer día, clientes de otros bares de ambiente, también se sumaron a la lucha en la calle.
Miembros de la multitud se tomaron de las manos, acción que en esa época, era una audaz y riesgosa muestra de afecto público. La multitud ahí reunida empezó a entonar al unísono frases de apoyo a la igualdad de derechos, algunas de ellas pasando a la historia, como cánticos insignia de la comunidad LGBTTIQQAP+ a nivel mundial, cánticos como, “Gay power”, “We want freedom now” y “Christopher Street belongs to the queens”.
Para bloquear Christopher Street, formaron una cadena humana y voltearon un auto, atrayendo a la policía antidisturbios que provocó más enfrentamientos.
En medio de la manifestación, una multitud invadió un taxi y el conductor tuvo un infarto, convirtiéndose en el único fallecido dentro de los 6 días de protestas.
De un disturbio, a un pride y al reconocimiento mundial
El 28 de junio de 1970, Rodwell y miles de personas regresaron a Greenwich Village para la primera marcha del Día de la Liberación de Christoper Street. Se convirtió en un evento anual y se convirtió en el desfile del Orgullo, que se celebra cada año en Nueva York y otras ciudades en todo el mundo.
“No había carrozas, ni música, ni chicos en calzoncillos. Los policías nos dieron la espalda para transmitir su desdén, pero las masas de personas seguían llevando carteles y pancartas, cantando y saludando a los sorprendidos espectadores”.
La chispa de la revolución y de la reivindicación de la comunidad sexualmente diversa, se había prendido con una intensidad sin precedentes. Y en este fenómeno fueron determinantes personajes como Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera; precursoras en la reivindicación de los derechos y libertades de lesbianas, gays, bisexuales y personas trans. Presentes tanto en la revuelta de Stonewall como en las primeras manifestaciones, ambas lucharon a lo largo de sus vidas por visibilizar la realidad del colectivo, alejada de la imagen estereotipada encarnada por un hombre blanco homosexual de clase media.
El Día de la Liberación en Christopher Street, comenzó en Greenwich Village y recorrió 51 cuadras por la Sexta Avenida hasta Central Park. Según se reportó entonces, participaron entre 3.000 y 15.000 personas.
Stonewall hoy en día, es la representación del orgullo, protesta y ansias de igualdad
“¿Cuántos años le ha llevado a la gente darse cuenta que todos somos hermanos y hermanas y seres humanos en la raza humana? Quiero decir, ¿cuántos años le toma a la gente ver eso? ¡Estamos todos juntos en esta carrera de ratas!”
Marsha P. Johnson