Dios, Patria y Libertad; el lema que movilizó el MLN en la mitad del siglo pasado en su lucha contra una “amenaza comunista”. Que nos hizo retroceder más de 10 años, tras lo conseguido por los gobiernos revolucionarios. Ahora el mismo lema es usado por otro partido, de la misma clase conservadora, adoradores de grandes tiempos que nunca pasaron, pero con otro actor político, quien lo vive y lo respira. Al parecer lo vintage es del agrado de Jimmy Morales (denominarlo Presidente sería legitimarlo), quien se ha enfocado en regresarnos a los “gloriosos” años 80.

El esperpento que vivimos hace un año con el Non-grato tuvo su secuela este viernes, una segunda parte en su obsesión de librarse de las investigaciones en su contra y servir de marioneta de quienes tiene detrás. Como en las películas, una secuela de más presupuesto y drama, pero peor calidad y producción.

Un mensaje televisado desde el Salón Banderas con la cúpula militar, miembros de la Policía, el ministro de Gobernación y la Canciller detrás de él, escenario al que sólo le faltaba Maradona, para que viéramos por televisión una escena de los ochenta. Para los que sólo habíamos leído y escuchado acerca de esa época “gloriosa” de golpes de Estado, lo que ocurrió este viernes 31 fue toda una demostración del por qué hacer líneas del tiempo no tiene sentido alguno, siempre se viven retrocesos en la historia. Jimmy declaró lo que todos veíamos venir desde hace tiempo, la expulsión de la CICIG de Guatemala en 2019, al no renovar su mandato. ¡En defensa de Dios Todopoderoso y de la patria guatemalteca el invasor Velásquez y la CICIG deben salir del país!

La defensa de la patria para Jimmy queda en el ilustre Ejército de Guatemala, que por tener armas y cascos creen ser más valientes que quien se para frente a ellos con nada más que pancartas en sus manos. Los uniformados que se creen centuriones romanos, pero son en realidad una personificación de la tropa loca. Me pregunto sí los nuevos cadetes, los miembros actuales o los militares jubilados, que sí han aplicado los valores del Ejército, pueden dormir tranquilos viendo como la institución a la que dedicarán o dedicaron la mayor parte de sus vidas es caricaturizada de esta manera. ¿Cómo pueden seguir sirviendo y entrenándose ante tal falta de escrúpulos y quedarse con los brazos cruzados? Les recuerdo que el camuflaje los esconde en tiempos de guerra, pero no en tiempos de paz. No existe camuflaje para la vergüenza.

El transitar de camiones para el combate contra el narcotráfico por las calles de la capital me hizo pensar que volvíamos a esos tiempos en los que las potencias presumían de ejército y armamento. Claro está, que todos moriremos esperando que el todopoderoso Ejército salga a presumir de su tecnología militar de última generación y del armamento nuclear que hace temblar al resto del mundo. Pero esto no importa, al menos el Ejército puede sentirse orgulloso de cuando defendió la soberanía de Guatemala en la batalla de….

Su frase: “Guatemala cree en el matrimonio entre el hombre y la mujer” y su cierre con “Que Dios los bendiga” me hizo pensar que solamente le faltó decir que creemos que la “Tierra es plana” para cerrar con su forma de pensar medieval. Jimmy carece de legitimidad y no debería de pronunciarse acerca de lo que los guatemaltecos creemos o no, se trata de un pensamiento jurásico, como es la moda de Jimmy, alguien quien aún no sabe que Guatemala es un Estado laico.

Las excusas por sus acciones ya están agotadas. Las acciones a la moda ochentera también aplican en la utilización de un discurso que busca separar entre los guatemaltecos y la intromisión extranjera. Repiten lo mismo para poder lograr empatía con la sociedad civil, o quizás es para tratar de convencerse a sí mismos que sus acciones son las correctas. Buscan la aprobación moral que ni ellos mismos encuentran en sus argumentos viscerales y cavernícolas. Dirán que es por Dios, dirán que es por la patria, pero su único motivo es la impunidad.

 

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