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José Alberto Barrera/ Opinión/

Dedicado a Karla Daniela Oscal Pérez, Nancy Paola Oscal Pérez, Ingrid Gabriela Conedera Vargas, Cristina Siekavizza, Rocío, Judith, Valeria, a todas las mujeres que mueren, son violadas y maltratadas todos los días y a las mujeres que son víctimas de la trata en esta violenta sociedad machista.

Soy hombre y creo que no puedo aproximarme al sentimiento con el que muchas mujeres viven todos los días. Algunas resignadas a esa forma de vivir, otras que ni siquiera lo perciben, otras que lo enfrentan y muchas otras que mueren en el intento.  Es totalmente reprochable el ataque contra las dos niñas del INCA y, a pesar de que aún no quedan claro los motivos de ese lamentable suceso, es evidente que en Guatemala las mujeres son muy vulnerables.

Recientemente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), institución de la Organización de Estados Americanos (OEA) encargado de examinar el cumplimiento de los deberes de los Estados americanos en cuanto a su responsabilidad en materia de derechos humanos, anunció que envió el caso de Claudina Velásquez Paiz a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH). Lo anterior con el objeto de que esa Corte determine si Guatemala incumplió con sus deberes y, si fuera el caso, qué deberá hacer para reparar el daño causado (esto incluye medidas para garantizar los derechos humanos vulnerados, reparar las consecuencias de las infracciones a obligaciones internacionales y una indemnización por los daños causados).

Dentro de la investigación que realizó la CIDH se indica que el caso de Claudina Velásquez se produjo en un ambiente de violencia sistemática en contra de la mujer[1].

“El Estado no adoptó medidas inmediatas y exhaustivas de búsqueda y protección a favor de Claudina Isabel durante las primeras horas tras tener información de la desaparición. Esto, a pesar del conocimiento por parte de las autoridades estatales de la existencia de un contexto de violencia contra las mujeres que ubicaba a la víctima en una clara situación de riesgo inminente”.[2]

Lo anterior específicamente debido a que:

  1. Hubo deficiencias en el manejo y en el análisis de la evidencia recolectada;
  2. Hubo deficiencias en la preservación de la escena del crimen;
  3. El informe de la necropsia fue inexacto e irregular;
  4. Faltó la toma de declaración de algunos testigos de importancia para la investigación del caso; y
  5. El continuo cambio del fiscal encargado del caso.

El caso de Claudina Velásquez podría llegar a ser la cúspide de la permanente lucha de muchas guatemaltecas por alzar su voz y tomar lo que siempre fue suyo: su dignidad. Una historia que para nadie es nueva[3].

Detener el tiempo un rato y ver lo que pasa como puro espectador sirve para elegir si deseamos ser parte de lo que vemos o seguir alejándonos poco a poco. Creo que muchas veces he decidido por la segunda opción pero sí que es difícil mantener la realidad presente, siemprelo intento en las palabras que digo y en las acciones que hago. La presión social es bien pesada. Bastante pesada. Algo así como los piquetes de zancudos: si un zancudo te pica y no te rascas, todo bien; pero si lo hacés, empezás y no parás y lo que empezó como una pequeña molestia se puede convertir en algo más que molesto. Lo más molesto es cargar con esa presión que simbólicamente es ejercida por los hombres y mujeres, para mantener el ambiente violento de relaciones entre géneros[4].

No creo que sea necesario incluir ejemplos, cada uno se puede dar cuenta lo violentos que somos como sociedad si se fija más en lo que se dice y se da por el hecho en el imaginario social. Por ahí dicen que a los chapines les gusta “el atol con el dedo”… no nos engañemos y decidamos conscientemente cómo nos vamos a relacionar con las personas, sean del género que sean.

Todos somos personas, sobre el mismo suelo y bajo el mismo techo, iguales.

Así como ustedes se toman el tiempo en leer estas líneas y entre nosotros se inicia una pequeña relación social, tenemos cuates y familiares lejos de estas computadoras con los que nos relacionamos diariamente. Con opiniones, afirmaciones y conductas vamos formándonos y formando a nuestro entorno de conformidad con las ideas que transmitimos consciente o inconscientemente.

Después de un rato tendré que regresar a trabajar a la institución pública a la que sirvo y seré parte del “sistema”. “El sistema” no es más que otras personas como nosotros que ocupan cargos públicos. Si admitimos y provocamos la violencia en contra de las mujeres, eventualmente esa cultura violenta va a estar ocupando cargos públicos y ahí la cosa ya se pone fea y, lamentablemente, se podría llegar a condenar al Estado de Guatemala, otra vez, como violador de derechos humanos.

Todo queda en nosotros: en cómo nos relacionamos y en el mensaje que estamos transmitiendo. Hay que pensar y actuar, decidir antes de dar las cosas por ciertas. Tratemos de construir siempre, con nuestras ideas, opiniones, palabras y acciones.  Hace poco vi un tweet que decía: “Si lo que vas a decir no suma, réstalo de tu vocabulario”.

Recomendación final: Power of Equality de Red Hot Chilli Peppers. Es curioso encontrar esta canción, que habla sobre igualdad racial y discriminación de género, en un disco en el que abundan las alocadas aventuras del cantante con relación a las mujeres. Inclusive puedo pensar que esta canción fue un intento rebelde de cambiar el sentido del disco (al ser la primera canción de la lista), después de todo el productor (Rick Rubin) estaba en contra de tocar temas sociopolíticos[5]. Específicamente lo que es remarcable del mensaje de la canción es que cuestiona la “igualdad americana” que, a pesar de estar garantizada en leyes y textos muertos, no es lo que debería ser… sigue existiendo la discriminación en las relaciones de género. El poder de la igualdad no sería entonces un discurso o un par de leyes, sino un poder en cada persona para difundirla y promoverla.

 


[1] Según Slavoj Zizek, un filósofo con fuertes críticas sociales, la violencia es sistemática cuando se genera a partir de los modelos económicos y políticos bajo los cuales se encuentra sometida una sociedad.

[3] En este link están todas las noticias de PrensaLibre bajo el tag de “violencia contra la mujer”. http://www.prensalibre.com/tema/violencia_contra_la_mujer.html

[4] La violencia simbólica es bien heavy. Cuidado con lo que decís y cómo lo decís. Es algo así como “violencia entre líneas”.

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