Alexia tiene 20 años y quiere estudiar periodismo en la Universidad de San Carlos de Guatemala. De complexión delgada, ojos negros brillantes y cabello largo, la encontramos en una cabina de radio operando los controles con un dinamismo y energía que contagia.
Angel también tiene 20 años y estudia ciencia política en la Universidad Rafael Landívar. Está convencido que hay que empezar a actuar ahora para poder cambiar las estructuras del sistema que no le gustan. Probablemente por eso, decidió participar como representante estudiantil.
Balbina tiene 19 años y tiene un bebé de meses. Quedó embarazada poco tiempo después de haber sido coronada reina en su poblado natal en San Marcos; eso sí, después de haber tenido que vender números a Q2. La candidata que vendiera más números ganaba. Al quedar embarazada, dejó su trabajo como trabajadora de casa particular.
A simple vista Alexia, Ángel y Balbina no tienen mucho en común y probablemente de no haberlos intencionadamente nombrado juntos en este artículo, sus vidas jamás coincidirían.
Alexia y Angel, a pesar que ambos son del grupo exclusivo del 5% que puede acceder a la Universidad, probablemente nunca coincidirán en espacios comunes. Los estudiantes de la San Carlos poco tienen que ver con los de la Landívar y viceversa. Algunos intencionadamente buscan no juntarse con el otro grupo porque lo considera una especie humana demasiado distinta para sus gustos y parámetros de amistad. Otros –y probablemente la mayoría- no se juntan simplemente porque conviven en espacios distintos y aprendieron a convivir cerradamente entre los mismos grupos. Las probabilidades de que un estudiante de la San Carlos se encuentre en el mismo centro comercial con uno de la Landívar son bastante altas; sin embargo, simplemente no hay condiciones para el encuentro. Nadie va a detener a alguien en medio del centro comercial para preguntarle en qué universidad estudia y si le interesa ser su amigo. Al menos nadie en sus cinco sentidos o nadie que se cuadre –como diría Sheldon en The Big Bang Theory- a las convenciones y normas sociales.
Si el encuentro entre Alexia y Ángel es difícil, con Balbina será casi imposible. La realidad lamentablemente evidente es que la milésima oportunidad que alguno de los dos tendrá de conocerla será cuando Balbina llegue a trabajar a la casa de los padres de Alexia o Ángel. Sus encuentros son tan difíciles como contradictorios. Los tres nacieron en la década de los noventa. ¿Qué los diferencia?
Las realidades del joven guatemalteco son diversas y extremadamente distintas. La I Encuesta Nacional de Juventud en Guatemala 2011 (ENJU 2011) impulsada por el Consejo Nacional de Juventud, el Instituto Nacional de Estadística, y la Secretaría Ejecutiva del Servicio Cívico, revela algunos de estos datos.
Lo interesante de las estadísticas es que permite las comparaciones. Te preguntamos: ¿Vives en una ciudad o en un área rural? ¿Te identificas como indígena, no indígena o extranjero? ¿Estudiaste hasta la primaria, básicos, diversificado o universitario? ¿Piensas estudiar una maestría o postgrado? ¿Te encuentras buscando trabajo?
Estas fueron algunas de las preguntas que el estudio realizó. Entre los resultados presentados, encuentras datos muy interesante donde te puedes – o no- ver identificado.
Resultados ENJU-2011
¿Dónde viven?
El 50% en áreas rurales, 18.3% en el área urbana metropolitana
y 31.7% en el resto de áreas urbanas.
¿Cómo se autoidentifican?
31.3% se consideró indígena, el 63.6% no indígena y el resto se distribuyó entre extranjeros y aquellos que no respondieron.
¿Último nivel de escolaridad?
4.4% no tiene ningún grado de escolaridad, 31.2% primaria, 33.4% básico, 25.2% diversificado, 5.4% universitario y 0.1% postgrados.
¿Se encuentran trabajando?
38.5% reconoció no estar ni encontrarse buscando trabajo; 35% está trabajando, 10.9% ha trabajado, se encuentra sin trabajo y no está buscando; y 9.5 ha trabajado, se encuentra sin trabajo y está buscando.
Después de leer y analizar estos datos, ¿Te encuentras entre la mayoría o la minoría de las estadísticas? El estudiante landivariano promedio seguramente se encuentra entre el 18.3% que vive en el área urbana metropolitana, entre el 63.6% que se identifica como no indígena y entre el 5.4% que estudia en la Universidad.
¿Mayoría o minoría?
Probablemente minoría. Y probablemente conviviendo con los mismos jóvenes dentro de sus círculos sociales, creyendo que todos tenemos Facebook, Twitter y vamos a la Universidad. La información abre nuevas ventanas de conocimiento y es importante que aprendamos a conocer y reconocer realidades distintas, para construir escenarios sino iguales, armoniosos entre sí. Los jóvenes universitarios tenemos acceso a la información y el conocimiento, hagamos uso de ella.
Fotografía: comunicayreafirmavalores.blogspot.com