Axel Marzo 1

Axel Ovalle / Opinión /

Hace unos días platicaba con mi hermano, me preguntó por qué no escribía algo relacionado con el amor. Me dijo que quiere que escriba algo sobre el amor que nos desampara, ese que ha huido luego de habernos hurtado hasta el último suspiro de encanto y deseo, ese que nos elevó a las nubes con tanta pretensión para luego dejar caer nuestro cuerpo apático en melancolía, sin darnos respuesta.

¡Ay, hermanito! aquí te respondo: Primero definiré lo que a mi parecer es el amor y luego, juntos, hallaremos respuesta al porqué nos abandona.

El amor es un sentimiento, que cómo dirían los poetas, enciende los sentidos y acelera el corazón, o viceversa. Es encontrar en la vida una justificación por la que se alteran nuestros sentidos, por la que se sensibiliza la razón, y se transmuta cada pensamiento en impulsos de locura. Por eso, en asuntos de amor, los locos son los que tienen más experiencia.

De amor no preguntes a los cuerdos, los cuerdos aman cuerdamente, que es como no haber amado nunca.

Puedes escuchar muchas referencias célebres del amor, grandes ideas, estudios, testimonios. Todos concuerdan en que: “El amor no es solo la entrega de los cuerpos, es algo más intenso“. El amor es pues, el despojo de todo egoísmo, de fobias y celos, de angustias. Es asumir cada riesgo y dificultad con la que nos podemos hallar cuando ciegamente nos entregamos. El amor es como una hermosa y delicada flor al borde de un horrible precipicio, es necesario tener mucho valor para ir a buscarla.

Hay que recordar que no somos máquinas calculadoras, somos seres humanos los que nos elevamos o nos arrodillamos; los que volamos o nos arrastramos. Las historias de amor están llenas de lágrimas, pero también de sangre, suspiros y puñales. Es por esto que decimos que el amor es una entrega total. Cuando las razones del corazón se imponen, aventajan inexorablemente prejuicios y barreras de toda clase; y así es como se pierde la cabeza.

Pablo Neruda narra en sus versos: “…Cómo poder no amarte si he de amarte por eso…” Y recita desesperado:  “…Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos. La boca tiene sed, para qué están tus besos. El alma está incendiada de estas brasas que te aman…”. Por lo que acierta Voltaire cuando dijo: “Hay que saber que no existe país sobre la tierra donde el amor no haya convertido a los amantes en poetas”.

El amor siempre está presente, es como si fuera un sentimiento inherente a lo que la ciencia llama corazón; pero existe una controversia y es lo difícil de amar: es dar el paso en el que decidimos abrirnos a lo bello de la vida, a lo bello que somos y a lo bello que los demás poseen.

Los estudios neurológicos ya han demostrado que las emociones humanas se originan en el llamado sistema límbico; sin embargo, ha sido muy difícil ubicar el lugar exacto del amor, porque como señalan los expertos, el amor es mucho más complejo y abstracto, a diferencia de otras emociones, parece involucrar diversas áreas del cerebro.

El amor es eso y mucho más, pero ¿por qué sentimos que nos abandona?

Porque hemos decidido empeñarnos en reservar nuestro amor solo a un ser humano. Hemos destinado y conformado a compartir y entregarle nuestros secretos a una sola persona. ¿Por qué? Creemos que el verdadero amor es poseer al otro, cuando es quererlo por lo que es, deseándole solo su felicidad aún si uno no es el motivo de la misma. Hay que recordar que el amor es el resultado de una decisión libre: Yo quiero amarlo, por lo que me entrego en libertad.

El amor se construye y se profundiza con el tiempo, se debe cuidar y renovar cada día con gestos y actitudes que demuestren al otro el lugar privilegiado que ocupa en nuestra vida. Los acontecimientos, las penas o las alegrías compartidas pueden contribuir a reforzar la relación.

¿El amor nos abandona? – ahora te pregunto. El amor siempre está presente, es cuestión de que deseemos emprender de nuevo esa expedición y activemos nuestros sentidos. ¿Solo hay un amor verdadero? Desde luego que no, y con la misma intensidad o una más elevada puedes seguir amando. Todo en esta vida esta colmado de descubrimientos. Cada persona puede amar de nuevo, sin límites, sin discriminaciones y excepciones.

Busca qué es lo que te mueve, qué te gustaría conocer, y encontrarás allí el amor. El amor no nos abandona, nosotros le abandonamos a él cuando no tomamos el riesgo de acercarnos al precipicio y admirar a esa bella flor desde muy cerca.

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