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Colaboración de Grupos de Familia AL-Anon-Alateen/*

Nunca me di  cuenta de cuánta autoestima perdí al crecer en un hogar afectado por el alcoholismo. Cuando era una niña sin preocupaciones, tenía conciencia de mi propia valía, pero poco a poco ese sentimiento se fue hundiendo y permaneció escondido bajo esta enfermedad familiar.

Fui creciendo, y al pasar el tiempo esa seguridad natural de la cual gocé por un corto tiempo, comenzó a desvanecerse.  Me torné en una chica miedosa, insegura que se dejaba manipular  por cualquiera,  incapaz de tener voz propia y que en algunas ocasiones  fui presa de burlas y luego con ello, vino el aislamiento.

Cuando vine a Al-Anon, necesité todos los aspectos del programa para reconstruir mis sentimientos de valía.  En las reuniones tenía el derecho a no participar si quería, sin embargo poco a poco fui encontrando mi voz para expresar lo que pensaba y sentía.  Comencé a pedir ayuda y hacía llamadas a diferentes jóvenes adultos que se enfrentaban a problemas similares a los míos.

Descubrí que estos sentimientos de baja autoestima eran, si no en su totalidad, en una buena parte producto de la convivencia en un hogar afectado por el alcoholismo.

Encontré a un Dios de mi entendimiento y aprendí que tenía muchas opciones, y que podía tomar decisiones con la ayuda de Él, y que serían mucho mejores que las que había tomado anteriormente sin el programa. Comencé a transmitir el programa  a los demás cambiando mis actitudes enfermas  por positivas. Poco a poco se fue fortaleciendo  el respeto por mí misma.

Mi crecimiento siguió en aumento mientras seguía trabajando en mi persona y mi autoestima lastimada, eso me permitió mantener vivos mis sentimientos de valía y autoestima realista.

Los resultados de mi arduo trabajo en mi recuperación personal se han traducido en sentimientos de autonomía, autoestima y gratitud.  

Estas cualidades  me mantienen receptiva a los dones que Dios ofrece a través de mi relación con los demás. Me dan fortaleza  y el valor para continuar relacionándome con la gente que ya conozco, mis seres queridos alcohólicos, o personas que no tienen nada que ver con el alcohol,  también me ayudan a ser más receptiva a la hora de establecer nuevos vínculos con otras personas, algo que solía asustarme.

Gracias Al-Anon,  por ofrecerme con amor el apoyo y la guía a través de los cuales he recuperado la autoestima que había perdido hace tantos años.

Esperanza.

*AL-Anon: Programa de apoyo mutuo para personas que viven, o han vivido con alguien que posee problemas con la bebida.

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