Alexander López / Opinión /
Los amigos van y vienen. Entre más amigos tenga, más me querré, dicen algunos.
Al pasar los años vas considerando si en realidad tus amigos son amigos o realmente conocidos. Están aquellos amigos que son conocidos, pero los consideras amigos. Están los otros que llevan un tiempo contigo, sin embargo al menor error u oportunidad se van. Están aquellos que solo quieren que los escuches, sin embargo la relación es unilateral, únicamente están para cuando ellos te necesitan. También se encuentran con quienes tienes una relación un poco enfermiza, en donde ambas partes dependen uno del otro, volviéndose un círculo vicioso. Y están aquellos pocos que comparten un diálogo más ameno y saben cómo hacerte sentir confortado y viceversa, aquellos a quienes valoras y sabes que estarán allí para ti y tú para ellos.
Para algunos es importante tener amigos más que quererse a sí mismos, ocultando así su verdadera compañía vital; pero para otros es más importante ser egoístas consigo mismos, que compartir su mundo lleno de horrores, dolores, alegrías y éxitos. Para algunas personas el tener amigos es cuestión de tener a alguien para salir a fiestas, a los partidos de fútbol, al cine, entre otras cosas, y no alguien que te conozca más allá de tus máscaras. Para otros, la amistad es cuestión de tener alguien en quien depositar los problemas y las carencias personales, sin tener en cuenta la variable diversión y disfrute bilateral.
Hay algunos amigos que rebasan las expectativas y te hacen sentir humano en un mundo tan inhumano, pero hay otros que al conocerlos mejor, tus expectativas caen y tus fantasías te decepcionan.
Es cuestión de poder equilibrar todas las variables para que la amistad signifique lo que deba significar en una atmósfera fuera de la fantasía del modelo perfecto que tienes de amistad, porque cuando vengan los problemas entre ambos, tu inconsciente querrá tener la razón, dejando a un lado la perspectiva del otro –amigo- como un ser imperfecto y humano, a quien valorar y/o perdonar… ironía de la vida.
¿Por qué poner reparo en aquel que no puedes controlar y hacerlo una extensión de ti mismo? ¿Por qué esperar al amigo perfecto que pueda cubrir todas tus necesidades? ¿Por qué forzar la relación de amistad? ¿Por qué perder el tiempo en pensar que si es mi amigo o no lo es? ¿Por qué perder el tiempo en problemas, en discusiones o en gritos de necesidad afectiva? ¿Por qué encontrarle respuesta a las incógnitas del corazón? En muchas ocasiones es mejor no pensar y solo vivir el momento, porque no habrá respuestas objetivas a las interrogantes de la amistad.
Los amigos son importantes para tener confianza en ti mismo, para disfrutar el mundo en buena compañía y para crecer juntos; y solo tus propios recursos personales y la vida irán construyendo ese hogar de felicidad del que tiendes a buscar per se. Vive la experiencia de tener amigos, no lo tomes todo personal y no pienses mucho… únicamente vívelos.