Astrid Mendez/ Opinión/
Ayudar no solo es brindar objetos materiales al prójimo, es también brindar un arma con la cual las personas puedan luchar todas sus batallas y contar siempre con ese apoyo, esta arma tan especial es el conocimiento. Yo tengo poco tiempo de pertenecer a este pequeño grupo de 3 voluntarios de la Universidad Rafael Landívar en el Instituto de Cooperación Social (ICOS), ubicado en la Colonia El Amparo II, Zona 7 de la Ciudad de Guatemala.
El grupo tiene la convicción de que el conocimiento es la base principal praa un mejor desempeño el día de mañana.
Como sabemos, aprender inglés es ahora algo esencial para cualquier persona y comprender matemática es el motor del desarrollo. Nuestro pequeño granito de arena para mejorar nuestro entorno es brindar refuerzos en inglés y matemática a niños de escuelas públicas. No hay de qué preocuparse si no se estudió magisterio, créanme, se le llega a encontrar cierto amor a cada calse que se imparte, uno se llega a sentir muy bien al ver en cada niño una sonrisa de alegría y agradecimiento por compartir esa herramienta que les será de gran ayuda en su vida. Estoy segurísima de que si ustedes también deciden ser voluntarios, saldrán a salvo de cada repaso. Los niños son un amor, las personas del establecimiento son muy amigables y accesibles.
Recuerden que pueden preocuparse por su futuro hoy, y si en un mañana no se sienten satisfechos es porque tal vez les hizo falta la llave del corazón al prójimo. Estar en un voluntariado es involucrarse con la sociedad, es cambiar nuestra forma egoísta de pensar, es sentir satisfacción por estar contribuyendo con el cambio de nuestra Guatemala, es creer que un mañana mejor es posible. Los invito a que formen parte del cambio.