Ante un proceso electoral en el que muchos de nosotros, los jóvenes, estamos llamados por primera vez a participar, emitiendo nuestro voto y manifestando nuestras posturas políticas para ejercer tanto nuestros derechos civiles y políticos, como nuestra obligación de delegar el poder que radica en nosotros a representantes como parte de una sociedad democrática; es importante entender por qué no podemos dejar de votar y además hacerlo de forma consciente, informada y secreta.
El fortalecimiento del pensamiento crítico es necesario para un voto consciente
Luchar en contra de la ignorancia, la indiferencia a las realidades que componen la sociedad guatemalteca, al tema político y los procesos jurídicos del sistema electoral; es también una constante lucha contra la desinformación y por lo tanto, desarrollar un pensamiento, posturas o ideales propios, como resultado del análisis de propuestas de candidatos, del análisis y la crítica de otros al respecto es poner en práctica nuestro pensamiento crítico y es quien nos permite emitir un voto informado y responsable… Un voto consciente.
La desinformación, también conlleva a una falta de intervención y de involucramiento en la situación del país y esta no equivale a las exigencias posteriores y a las expectativas que esperamos sean cumplidas por las autoridades que no fueron elegidas por nosotros, porque no participamos del voto. El voto consciente también permite exigir la transparencia de los procesos electorales y de la aplicación de principios, como la imparcialidad (la no preferencia) por ningún postulante por algún interés individual de terceros y que no se permita que ellos hagan el voto por ti.
El voto como símbolo de cambio
Al no votar, consentimos la forma de gobernar de las autoridades, su forma de ejercer el poder, de sus decisiones en representación de la sociedad de la que somos parte, de sus políticas métodos y estrategias necesarias para satisfacer las necesidades y alcanzar el bien común; así como como aprobamos el uso y organización de las instituciones públicas que son las que nos ofrecen y garantizan los servicios públicos para el cumplimiento y protección de nuestros derechos y obligaciones. Por lo que el voto también es el reflejo de la exigencia de un cambio, de rendición de cuentas, de respeto a la democracia, a los derechos, del principio de alternabilidad del poder y por tanto, de ser nosotros mismos, parte del cambio.
Sin voto, no damos los límites ni condiciones bajo las cuales quienes rijan al país pueden proceder en su actuar y en la forma de ejercer su cargo, el voto también es poder de elección de quien representará el poder que tenemos cada civil y la forma en que deberá hacerlo el representante.
El pueblo delega su poder a través del voto
El voto es una de las principales formas de manifestación de la democracia, pues entendiéndose que en este sistema el poder es delgado por nosotros el pueblo a unos cuantos de personas que también conviven con nosotros en sociedad, debemos tomar en cuenta que los que se convierten en gobernantes son finalmente la representación de lo que creemos, defendemos y de los intereses de la sociedad de la que somos parte, entonces, está en nosotros también, manifestar cuáles son nuestros intereses y encontrar al postulante idóneo para satisfacerlos. El voto al fin y al cabo es una herramienta para definir la política y el destino del país.