Seguramente estarás familiarizado o habrás escuchado hablar alguna vez del efecto mariposa, ese efecto que fue sacado de la física y de la teoría del caos; “El batir de las alas de una mariposa en alguna parte de Asia, puede provocar un huracán en otra parte del mundo”… Pequeñas acciones capaces de generar grandes cambios, positivos o no; en palabras más simples, cualquier mínimo accidente, puede cambiar en milésimas de segundo, el curso de toda una vida. Básicamente podríamos decir que el universo se rige bajo un universo caóticamente ordenado, por muy confuso que parezca, todo tiene su explicación, aunque no seamos capaces de entenderla. Pequeñas causas pueden provocar grandes consecuencias, y viceversa.
Imagínate este efecto, como si todos nosotros, de algún modo, a diario estamos batiendo un par de alas invisibles de forma constante imitando el efecto mariposa. No te has puesto a pensar, que a veces, un pequeño acto de bondad, por muy pequeño o sencillo que este te parezca, puede propiciar un cambio formidable en otras personas. Por ejemplo, al regalarle dinero o comida a una persona de la calle, podrías estar propiciando que una familia de escasos recursos, tenga asegurado al menos un tiempo de comida.
A su vez, una palabra dicha en el momento preciso a un compañero de clases o de trabajo, a un amigo o inclusive a un desconocido, puede también mejorar un día oscuro o negativo y al mismo tiempo puede dar forma a un cambio de mentalidad. Pero también un pequeño acto de maldad o de injusticia, puede acabar con una vida para siempre, una mala decisión que tomes, en algún momento no solamente te terminará afectando a ti, sino también a todos los que te rodean; un ejemplo práctico de esto ocurre a diario en los hospitales, cuando un paciente entra en un paro cardiorrespiratorio, de manera inmediata se inician las maniobras de RCP, pero si después de transcurrido un tiempo, estás maniobras no hacen efecto, el médico en jefe decide pararlas y declarar la muerte del paciente. Esa decisión, ese pequeño aleteo de las alas imaginarias de ese médico, que a lo mejor para él es algo rutinario, terminará cambiando el curso de la vida de los familiares de ese paciente que acaba de fallecer.
Los grandes cambios empiezan a veces con actos pequeños y casuales, o como diría la tercera ley de Newton, para cada acción existe una reacción igual y opuesta. Nuestro mismo cuerpo humano es un sistema caótico, flexible e impredecible. La medicina no puede predecir la evolución del cuerpo de determinado individuo. Por ejemplo, en ocasiones un ser humano fuma toda su vida y a pesar de ser un candidato idóneo para el cáncer de pulmón, por azares de la vida nunca llega a desarrollarlo; pero también en ocasiones un ser humano vive con otro que es un fumador empedernido y quien termina desarrollando el cáncer de pulmón es el fumador involuntario, quien nunca jugó con su destino de forma voluntaria.
Y la vida es así, es un juego de azar; o como diría una de mis abuelas, la vida es una tómbola, a veces te tiene abajo, pero de un giro afortunado e imprevisto te lanza hacía arriba sin previo aviso. Así que no te acomodes, no te encariñes con lo poco o lo mucho que puedes tener en este momento, que una pequeña acción, por muy pequeña o por muy insignificante que sea, puede cambiar tu vida, en una décima de segundo.
Vive el momento, aprovecha tu presente; decía John Lennon que la vida es lo que te pasa, mientras tú te dedicas a hacer otros planes. Planeas tu futuro, tu boda, la casa en la que vivirás, inclusive planeas hasta el nombre de tus hijos, pero luego en una décima de segundo, en un instante, todo puede cambiar; y tu vida tal como la habías planeado, se convierte en algo imposible de cumplir. Hoy en día sales de tú casa en la mañana y no sabes si vas a volver, te acuestas en tu cama y duermes, sin saber si vas a despertar. Vive el presente, ese es tu ahora. No pierdas el tiempo pensando en el futuro, haciendo planes que no sabes si vas a cumplir, el tiempo corre mientras tú haces eso, y los minutos de vida que te fueron regalados, poco a poco van llegando a su fin. El universo tiene un plan para cada uno de nosotros y ese plan siempre está en marcha.
“Cuando menos lo esperamos, la vida nos coloca delante un desafío que pone a prueba nuestro coraje y nuestra voluntad de cambio; en ese momento, no sirve de nada fingir que no pasa nada, ni disculparnos diciendo que aún no estamos preparados. El desafío no espera. La vida no mira hacia atrás.” Paulo Coelho