Los incendios forestales en el departamento de Petén, sobretodo en los territorios que pertenecen a la Reserva de la Biosfera Maya, no están relacionados solamente a temas de medio ambiente y biodiversidad, sino también de seguridad y desarrollo.
Las áreas en donde se suscitaron los incendios forestales en el último mes, vienen siendo afectadas desde el 2016. En un artículo publicado por Prensa Libre el año pasado, indicaba que El Parque Nacional Laguna del Tigre, que se encuentra en el municipio de San Andrés, y el Parque Nacional Sierra del Lacandón que se encuentra en el municipio de La Libertad, se suscitaron una serie de 161 incendios provocados.
En este mismo artículo, se señala que el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), con un presupuesto de Q102 millones de quetzales y que tiene a su disposición 150 guardabosques para cuidar la gran extensión de la reserva, no puede llegar a cumplir efectivamente su mandato.
La deficie
ncia para cubrir la reserva, es una constante en el departamento de Petén, sobre todo en los municipios afectados.
Pero cuando se identifica el comportamiento, algunos indicadores dentro del departamento sobre todo en los municipios más afectados, se puede llegar a entender las grandes dificultades que se presentan para prevenir y responder a los incendios.
En un esfuerzo metodológico, el PNUD en su Informe Nacional de Desarrollo Humano 2009-2010, generó un índice que mide de forma cuantitativa y no cualitativa, la densidad del Estado dentro del país. Este índice “indica la manera como sus dependencias, burocracia y recursos disponibles aparecen distribuidos en el ámbito municipal.” (PNUD, 2012: 122. Cuanto más cercano a 1 se encuentre el índice, mayor es la densidad relativa del Estado en los municipios entre los años 2008 y 2010).
Este índice en el municipio de San Andrés, es de 0.20 y en La Libertad es 0.22. En estos dos municipios es en donde se encuentran las áreas más afectadas por los incendios. El promedio de este indicador en todo el departamento de Petén, es de 0.25. A pesar de que el índice se mide con respecto a la presencia de burocracia y entidades públicas para el desarrollo de la salud, educación y otras funciones, al relacionarlo con otros indicadores se puede llegar establecer otras perspectivas sobre temas como la seguridad.
El PNUD en el mismo informe, presenta la relación entre el Índice de Presencia de Entidades (IPE) y la tasa de homicidios por cada 10 mil habitantes, en el 2009. En esta se puede observar que en municipios como San Andrés, el IPE es de 0.06 a 0.19 y la tasa de homicidios es de 4 a 8 personas. En La Libertad, el IPE se encuentra dentro de mismo rango pero su tasa de homicidios es de las más altas del país, de 8 a 14 personas.
A su vez el PNUD, presenta que el promedio de los homicidios anuales en el departamento de Petén, entre 2006 y 2009, fue de 388. Esto lo ubica como el tercer departamento con la mayor cantidad de homicidios al año.
Estos datos brindan una perspectiva sobre las deficiencias que tiene el Estado en las áreas más afectadas por los incendios.
La poca presencia de la institucionalidad pública con respecto a educación y salud, así como los indicadores de homicidios en el departamento, presentan un escenario propenso a una serie de actividades ilícitas.
Estas deficiencias del Estado, no son ignoradas por diferentes grupos que se dedican al narcotráfico. Según un artículo presentado por la BBC en el 2016, los incendios en los territorios más afectados en la Reserva de la Biosfera Maya, están íntimamente relacionados con actividades del narcotráfico, en donde se busca extender territorio para elaborar pistas de aterrizaje clandestinas, así como la cría de ganado ilegal.
La presencia del Estado basada en la institucionalidad, es básica para el desarrollo, así como la protección del medio ambiente, permite mantener el orden y control en el país. Estos territorios representan una importancia más allá de estar en las fronteras del país, porque también significa la preservación de la biodiversidad que posee. Los esfuerzos para aumentar los recursos por medio de la voluntad política y el apoyo de la opinión pública, son cada vez más necesarios.
Cada año pareciera que el fuego arde aún más fuerte y que los daños irreversibles, se presentarán de una forma más brutal si se sigue tomando la decisión de solo apagarlos sin buscar soluciones de prevención.