Centeno final

Cristina Figueroa / Opinión /

J.D. Salinger es el autor de una pequeña gran controversia. Su libro El Guardián Entre el Centeno ha sido acusado de ser la razón de diversos asesinatos, entre ellos, el de John Lennon. El personaje principal de este libro, Holden Caulfield, ha recibido homenajes de mentes psicópatas que se identifican con él. Todo esto ha llevado a generar diferentes teorías e ideas de conspiraciones compartidas por muchos lectores.

Mark David Chapman, luego de disparar 5 veces a Lennon, se sentó en una grada a esperar a que llegaran por él. En su bolsillo encontraron una copia del libro y dentro de este, una nota que decía: “Para Holden Caulfield. De Holden Caulfield. Ésta es mi declaración”.  Más tarde afirmó que la vida de Holden es un reflejo de la suya. Otros asesinos, como John Hinckley Jr., Robert John Bardo, y Lee Harvey Oswald; llevaban también el libro durante sus crímenes o lo guardaban en sus libreras, afirmando estar obsesionados con él.

Detengámonos un momento y hablemos un poco más del libro en sí. Antes de leerlo, yo tenía una idea más fuerte de lo que el libro en realidad es. Las opiniones y los rumores que lo rodean me hicieron pensar que iba a leer un conflicto muy adulto, con escenas inquietantes y crudas. Los misterios lo mostraban como una máquina de ofensas, sexo y drogas.

Comencé a leerlo y me encontré con un adolescente tratando de sentirse indiferente a todo lo que contaba.

Como en toda buena narración, iba poco a poco conociendo su personalidad y aspectos importantes de su vida. Lo que más pude notar era a su muy inestable mente. Holden va contando lo que le sucede en los 3 días antes de llegar al punto en el que está contando su historia, mientras habla también sobre lo que recuerda o piensa durante esas escenas.

Al terminar de leerlo, fuerte o crudo, no pude describir al libro más que con una palabra, “adorable”. Holden es un ser humano puro, de esos que conocen el sufrimiento y evitan a toda costa que otros sufran, a pesar de odiarlo casi todo. Le enfurece que las personas buenas sean pocas y que las que aparentan ser buenas, lo decepcionen. Se conmueve y se siente triste al pensar en las monjas haciendo obras de caridad y recolectando dinero para los niños huérfanos; en un punto, lo único que desea es ayudarlas.

¿Qué tiene esto de asesinopsicópataconspiración? Lo primero que pensé cuando terminé el libro y recordé todo el relajo que lo rodea, fue que esos asesinos que dicen identificarse con Holden y que lo que están haciendo lo hacen por él, están realmente fallándole a Holden, a la “comunidad” sin asesinatos en su historial que lo comprende. Si el personaje tiene algo de violento, está solo en su mente, en donde todos podemos pensar lo que queramos; afirma que nunca le haría daño a nadie, es un ser pacifista que ha estado en dos peleas y las dos las ha perdido por no tener el valor de herir a su contrincante.

La idea más popular que pone a este libro como parte de una conspiración, es que la CIA lo usa como método de control mental con los asesinos, enviando mensajes secretos que “prenden” su estado agresivo para descubrirlos. Le encuentro un poco, solo un poco de sentido cuando relaciono esta idea con que el libro parece ser tan inofensivo, que nadie lo sospecharía ni se creería esta tontería, y por esa razón sería una buena herramienta. Pero me parece solo la idea de alguien con un poco de imaginación y paranoia; y, como diría Holden, tiene su gracia.

No comparto la idea de que el libro te pueda volver asesino. Tal vez esto suceda solo con las personas que están predispuestas a responder a sus impulsos violentos, y su sensibilidad y su forma de interpretar la realidad esté distorsionada o simplemente sea diferente. Como en el caso de Chapman, diagnosticado con esquizofrenia paranoide.

Una frase que todos estos obsesionados con Holden suelen citar es:

“Me imagino a muchos niños pequeños jugando en un gran campo de centeno y todo. Miles de niños y nadie allí para cuidarlos, nadie grande, eso es, excepto yo. Y yo estoy al borde de un profundo precipicio. Mi misión es agarrar a todo niño que vaya a caer en el precipicio. Quiero decir, si algún niño echa a correr y no mira por dónde va, tengo que hacerme presente y agarrarlo. Eso es lo que haría todo el día. Sería el encargado de agarrar a los niños en el centeno. Sé que es una locura; pero es lo único que verdaderamente me gustaría ser. Reconozco que es una locura.”

Aquí, el personaje, hace referencia a su hermano pequeño, que murió cuando era solo un niño. Aún recuerda el dolor de perderlo e intenta salvarlo ayudando a otros niños a no abandonar su bondad e inocencia mientras crecen en un mundo en el que la pureza se derriba al caminar por él. Quiere que ninguno de ellos muera internamente y que todos sean como ve a su hermano, un alma sin manchas.

Tal vez, como dijo Daniel Stashower, estos asesinos solo querían salvar a sus víctimas de este mundo y evitar que su inocencia se corrompiera. Pero, ¿no debería de sucedernos a todos con una persona en particular? Puesto que todos tenemos a alguien cuya inocencia no queremos que pierda, pero precisamente por quererlo tanto, no lo asesinamos.

Son solo acciones de alguien que piensa diferente, y el libro es el impulso que en sus delirios de lector le dijo que su plan autodestructivo estaba bien. 

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