Rafael Mendía
Instituto de Ciencia y Tecnología
Traducción libre del francés del texto “La cibereducación, perspectiva de un padre” de: Caroline Kéribin, lectrice Le Monde
Fragmento
Nuestros hijos pertenecen al universo de la mediatización y del Internet. Desde los inicios, la Web está instalada en sus vidas. Si acaso tienen a sus abuelos, todavía con reticencia al uso del computador, sus padres están la mayoría conectados y disponen del mínimo de la tecnología necesaria para intercambiar correos electrónicos, sea cual sea su condición social.
Nuestro hijos, ellos, no se encuentran ni seducidos ni interesados por el Internet. Ellos han creado la cultura de la Web donde ellos nacieron. La escritura, en el sentido literario del término o la lectura podrían, si los padres no estuvieran atentos, no reflejar más que sub actividades de esta nueva cultura. Internet es su medio de comunicación, reflexión, expresión y creación.
Bien entendido, la gigantesca máquina promocional de Bill Gates, Steve Job y consortes, ha producido sus efectos de marketing con gran éxito y sus hombres de negocios han sabido crear una necesidad, casi vital, en las jóvenes mentes. Pero yo pienso que su objetivo ha sido largamente superado por una generación que se ha literalmente apoderado del Internet. El riesgo, entonces, de quienes concibieron el software y los gadgets en todos los géneros, tipo Ipad ó Smartphone, es de reducir Internet a un medio, cuando en realidad constituye una verdadera alternativa en las relaciones humanas de hoy día.
¿Por qué una tal r-evolución? Internet reúne tres cualidades esenciales deseadas por la juventud actual: ES virtual, ES instantánea y ES anónima (ó pareciera). Estas son tres características fundamentales que corroboran el individualismo exacerbado de los jóvenes del siglo XXI. En efecto, a pesar de las modas, las tendencias que han definido la pertenencia a grupos, las cuales llevaron a sus padres sobre las barricadas a compartir delante de la caída del muro de Berlín ó aún en movimientos de reivindicación popular, actualmente se manejan de tal forma donde el “yo” prevalece frente al “nosotros”.
Hoy en día la comunicación es virtual; ella se expresa a través de Facebook, Twitter ó Myspace. Se tienen amigos con los mismos gustos o las mismas afinidades, pero nada no nos obliga a reunirnos y ni siquiera a conocerlos, porque a pesar de nuestro “ciberperfil”, seguimos anónimos, bien tranquilos y calientitos al frente de la pantalla de nuestro computador. Cuando se tienen deseos de conversar, se “chattea” sin movernos, sin reflexionar realmente, instantáneamente, con un lenguaje mínimo en el cual se ha establecido una semántica de forma instintiva e intuitiva con sus pares, un lenguaje incomprensible para los adultos, confiriendo a esta cultura un identidad comunitaria y generacional muy fuerte. Si nos interrogamos sobre una definición, un concepto, un personaje célebre, un momento de la historia o cualquier otro tema, se realiza una consulta por medio de un motor de búsqueda o de Wikipedia, en la mayoría de los casos contentándonos con una aproximación ó la inexactitud de un término, porque no se tiene tiempo para profundizar sobre la validez de las fuentes o la seriedad de las informaciones propuestas.
Ante esta constatación, ¿Será necesario reflexionar de nuevo sobre los alcances de nuestra educación? ¿No nos encontramos desfasados de los jóvenes, en los cuales los valores comunitarios son radicalmente diferentes de las nuestros? Interrogarse sobre el uso del computador en casa por los más jóvenes se convierte en algo ilusorio. Ahora cuando la sociedad de los países industrializados se apoyan fuertemente en el uso del Internet para las actividades administrativas cotidianas, por ejemplo, ¿Qué sentido tendrá la prohibición de no utilizar esta ineludible herramienta?
Raros han sido los períodos de la historia donde padres e hijos han sufrido una separación de esta magnitud en lo tecnológico y sin duda en lo cultural. Entonces, ¿ No resulta difícil, en estas condiciones, continuar manteniendo una relación inter-generacional cuando no se ve o no se habla de las cosas de la misma manera?