Ixel Guoron Rodriguez/ Asociación Tik Naoj/ Opinión/
El investigador en ciencia política Giovanni Sartori, describe que un sistema bipartidista debe caracterizarse por ser un partido que se sostiene a largo plazo y por lo tanto tiene la posibilidad de competir por la mayoría de escaños y cuando llega al poder gobierna solo, es decir, no hace uso de las coaliciones. Varios académicos proponen que Guatemala debería tener este tipo de sistema. Sin embargo, en Guatemala el sistema político es complejo. Evidenciado por la historia que representa y por las decisiones que se toman en el poder legislativo y ejecutivo.
Es por ello que se deben tomar acciones en las áreas de empleo, productividad, salud, haciendo énfasis en la educación con el fin de tener un menor porcentaje de población pobre, solo así se lograrán verdaderos cambios en la estructura del sistema político actual.
Y es que el sistema electoral determina la forma en que los votos se transforman en curules y por ello, afecta la conducta del votante a través de campañas anticipadas en las que se gastan grandes sumas de dinero en propaganda. Si los partidos tuvieran una ideología clara, invertirían lo que gastan en publicidad, en los problemas de fondo como los altos índices de desnutrición infantil que imperan en el área rural.
Debido a la falta de ideología de los partidos políticos, se tiene como resultado el transfuguismo de diputados, lo cual rompe con el contrato moral entre el electo y el votante que se debe fundamentar en la confianza y no en el interés particular.
Como ciudadanos debemos aprender a valorizar el poder del voto y a informarnos de las agendas que presentan los partidos políticos. Además, entender que ser ciudadano no significa votar únicamente en las elecciones a cada 4 años, sino debatir las acciones del gobierno que realiza en respuesta de las demandas de la población.