El primo pequeño de la familia entra a la sala impecable de la abuela, aquella sala con sillones imitación italiana y alfombra blanca, con un vaso rojo de Toki. Desde lejos observamos que el vaso viene acompañado de unos pasos que apenas inician en la experiencia de caminar, y predecimos lo peor. Después de unos minutos, en efecto, sucede. ¿El resultado? Una gran mancha roja sobre la alfombra, una mirada de enojo en la cara de la abuela, los regaños de la madre, un niño que no para de llorar, y las risas silenciosas de aquellos que captamos toda la película desde lejos. “Cuando estés más grande, te voy a pasar la factura”, una frase típica de la mamá de esta gran familia.

Desde pequeño, el ser humano aprende a descubrir y comprender el mundo que lo rodea; comprende que hay lugares a los que hay que ingresar con sumo cuidado, evitando a toda costa dañar aquello que ha costado tiempo conseguir y conservar. El día a día también le enseña a respetar, a descubrir lo que duele, y qué es lo que hiere a otras personas. Si a lo largo de nuestra vida hemos comprendido y aprendido tantas conductas para con otros, ¿Significa que también deberíamos haber aprendido a cuidar de la madre de todos, el planeta Tierra?

La Universidad Rafael Landívar, a través del departamento de Responsabilidad Social Universitaria, desde hace algunos años promueve un programa para hacer de todos los campus y sedes regionales de la Universidad, campus sustentables, armónicos con el medio ambiente. Para ello, implementa a lo largo del año diferentes actividades que invitan, tanto a estudiantes, docentes como personal administrativo, a apoyar las actividades y contribuir con el cuidado del medio ambiente dentro de la Universidad. Este año, al igual que el año pasado, se llevó a cabo la Semana Ambiental URL, con diversas charlas, películas, actividades de reciclaje, selección de desechos sólidos, visita a la planta de tratamiento de agua que posee la Universidad, y la primera carrera por el ambiente y la salud. La semana ambiental se llevó a cabo con mucho éxito; sin embargo, es necesario que todos los estudiantes se involucren de lleno en el cuidado del medio ambiente de esta nuestra casa, y no únicamente a lo largo de una semana.

La Universidad es como ese primo pequeño al que debemos cuidar para que no derrame el fresco en la alfombra de la abuela; somos muchos ojos y muchas manos vigilando para que esto no suceda, y por ellos, somos todos responsables de esto. Apoyemos a la Universidad haciendo de este lugar un Campus Verde para todos, antes que la abuela Tierra nos pase la factura. ¿O ya nos la pasó?….

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