Lenina García / Opinión /

En el presente año electoral, cuando los medios de comunicación empezaron a publicar las “famosas” encuestas de intención de voto, Manuel Baldizón, Sandra Torres y Alejandro Sinibaldi encabezaban los primeros lugares en la opción de presidenciables. Luego que se hicieran públicos los casos de corrupción como el de “La Línea” o “IGSS-PISA”, cambió de forma sorpresiva el panorama. Sale de la contienda Sinibaldi (para quedar como el bueno de la película) y cobra auge un nuevo elemento: Jimmy Morales. Meses después las encuestas lo presentan como uno de los ungidos para gobernar ¿Casualidad? ¿simple coincidencia? Aquí algunos puntos para hacernos dudar:

La misma compañía de circo

Jimmy Morales expresa en sus discursos que su partido es una propuesta nueva, incluso cuestiona a quienes ya han gobernado, pero si somos observadores nos daremos cuenta que el logo de su partido tiene los mismos colores que el del Movimiento de Liberación Nacional MLN (y que el Movimiento Reformador donde fue candidato Alejandro Sinibaldi), un grupo paramilitar y partido político de extrema derecha fundado por los Estados Unidos en la década de 1950, considerado como brazo político de la liberación anticomunista que derrocó al gobierno de Jacobo Árbenz. Este partido dominó la vida política del país durante casi 30 años: de 1954 a 1982 (época del Conflicto Armando Interno, que dejó más de 200 mil muertos, según el REHMI y la Comisión para el Esclarecimiento Histórico). Si los militares y los partidos neoliberales han gobernado nuestro país durante décadas ¿acaso no se trata de la misma compañía?

Dicen que el diablo está en los detalles ¿es casualidad que el FCN y el MLN tengan en sus logos los mismos colores: azul, rojo y blanco? ¿es casualidad que quien encabeza el listado de diputados del FCN sea un militar vinculado con masacres y desapariciones forzadas?

Y con ustedes: ¡El personaje perfecto!

Si hablamos en términos de marketing, a un restaurante de comida rápida no le conviene que la gente se cuestione el alto grado de calorías que posee una de sus hamburguesas, por el contrario, concentrará sus esfuerzos en convencer al cliente -a través de la publicidad- a que consuma el producto aunque sea dañino. De igual forma, al FCN no le conviene que el pueblo se cuestione su vínculo con militares, su inexperiencia o su falta de plan de gobierno. Para lograr ese objetivo, el elegido fue Jimmy Morales, alguien que con su famoso programa de “Moralejas”, ha quedado grabado en el inconsciente de los guatemaltecos. Un actor entrenado para personificar a alguien, que no tiene miedo a hablar en público, ni representar el papel de “patriarca, mago y bufón”, como lo explica Claudia Armas en el medio digital Nómada.

La trampa ha sido creer que como Jimmy Morales no ha estado en política es la única opción, cuando en realidad, detrás de su figura, se esconde el pasado más oscuro de nuestro país.

El show debe continuar

Teniendo a un personaje como Jimmy Morales, que hace reír a las personas, que cita pasajes bíblicos, que apela a los sentimientos, es muy fácil dejar por un lado las propuestas de gobierno y el debate serio sobre los problemas que afectan al país. Para Jimmy Morales y el FCN el show debe continuar hasta ganar la presidencia, aunque se caiga en el mismo juego de pan y circo como lo hizo Roxana Baldetti u Otto Pérez, diciendo que la garantía de su gobierno es su mamá.

Con un plan de gobierno inexistente y con declaraciones que apoyan la pena de muerte (igual que Baldizón), que favorecen la minería, que se oponen al matrimonio igualitario, entre otras, está claro que es un show, una pantalla mediática para engañar a la gente con un discurso prefabricado, mientras se preparan para gobernar las mismas estructuras que han estado en el poder.

Invitación a cuestionarnos

No cuestiono por quién vaya a votar la población este 25 de octubre en las urnas, es una decisión personal y secreta, pero sí cuestiono que vivamos en un país donde se utilice la manipulación mediática para engañar a la gente, cuestiono que los mismos sectores que han desaparecido, torturado y ejecutado vidas deseen perpetuarse en el poder y recluten a “caballitos de batalla” para llevar a cabo su maquiavélico plan. Por eso que no nos extrañe que algunos personajes de televisión en los próximos años estén en política, como Gloria Álvarez o como Luis Enrique Cruz “Veneno”, recién candidato a alcalde por el partido Viva. Quienes tienen ansias de poder, empiezan campaña electoral desde mucho tiempo atrás.

Pero ¿aquí termina todo? ¿Cuándo será el tiempo de los verdaderos políticos y no de los títeres de carne y hueso?

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