Margarita López Aguilar / Artista guatemalteca /

El pasado abril el Festival Nacional de Teatro cerró una edición más que, entre otras cosas, confirió al público la posibilidad de disfrutar teatro en una sala a un precio accesible y con propuestas sumamente diversas. Esto responde a su ideología incluyente hacia todos los grupos teatrales del país, que sabemos son muchos.

El VI Festival Nacional de Teatro realizado del 13 al 22 de abril de 2012 en el Centro Cultural Miguel Angel Asturias convocó a grupos de Quetzaltenango, Totonicapán, Sacatepéquez, Honduras y Ciudad de Guatemala, quienes presentaron propuestas como Ay Rosita, Doce Calle Esquina, De las Alas, De cómo moría y resucitaba Lázaro el lazarillo, entre otras.

Desde hace tres años el Festival abre con el estreno mundial de la obra ganadora del Certamen de Nueva Dramaturgia promovido por el Centro Cultural de España en Guatemala.  El Festival organizado por la Red Nacional de Teatro no es solamente presentaciones teatrales, según recuerdo siempre ha habido otros ejes como el de formación y espacios para el encuentro de artistas escénicos.

Este año el Festival contó con Vivian Martínez Tabares (Casa de las Americas. Habana, Cuba) impartiendo un taller de crítica teatral, y con Ricardo Jovel (Instituto de Arte, Cultura, Ciencia y Tecnologia Indígena. Santiago, Chile) presentando el Seminario “Una nueva mirada sobre la historizacion del arte escénico en Latinoamérica y las consecuencias de esta aproximación en las expresiones contemporáneas”. Precisamente en este interesante seminario, discutíamos y proponíamos posibles categorías de estudio para el teatro guatemalteco, que en otra oportunidad compartiré con ustedes.

El Festival también incluyó la donación de libros al Centro de Documentación Rafael Pineda, unos 350 títulos especializados en artes escénicas podrán encontrarse, adicionales a los valiosos títulos que ya estaban disponibles en dicho centro ubicado en el primer nivel del Teatro de Bellas Artes.  Queda entonces también el alfiler pendiente para compartirles más de este Centro, abierto al público en general.

Quince propuestas se presentaron por catorce colectivos escénicos distintos; catorce formas de concebir y hacer teatro.  Esto, sin mencionar la idea del teatro que cada espectador que asistió posee para sí.

Artistas Trabajando, colectivo con el que comparto, presentó El Mejor Guerrero del Mundo.

Para las y los artistas escénicos el Festival es una fiesta, un momento de encuentro –pocas veces en el año tenemos la oportunidad de vernos tan seguido-, diez días de repetir el ‘convivio’ como bien decía Vivian en su taller.  Pero ante todo, es un momento de compartir nuestro trabajo.

En definitiva, diez días de teatro con una o dos funciones por día son un esfuerzo loable, sobretodo si tomamos en cuenta que la Red Nacional de Teatro está formada por pocas personas.  Eso sí, personas con mucha energía, con una gran labor de gestión y con trabajo arduo y constante.

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