Magda García von Hoegen/ Colaboración /

magdaEste texto fue elaborado por jóvenes estudiantes de tercer año de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación de la URL, mediante un ejercicio de contacto con su cuerpo y las huellas de la historia presentes en él.

El contacto con la corporeidad, forma parte central de la metodología de trabajo del proyecto de investigación “Tejiendo la voz. Arte como plataforma de diálogo intercultural” del Instituto de Estudios Humanísticos, que se realiza con jóvenes en las regiones de Tactic y San Cristóbal, Alta Verapaz.

Fue impresionante ver cómo en dos contextos tan distintos de edad, ubicación geográfica, distintos contextos socioeconómicos y culturales, hay elementos comunes encontrados entre ambos grupos. La juventud en el país,  aún en las diferencias, vive realidades comunes que afectan su vida, tanto positiva o negativamente.

Este es el poema elaborado colectivamente por los estudiantes de la URL, quienes han autorizado su publicación y a quienes les agradezco este compartir valiente y abierto sobre sus realidades y sus sentidos de vida.

[divider]

Muchos tenemos miedo, miedo y vergüenza. Creemos que somos libres, pero tu cabeza te frena en lo que quisieras hacer. Creemos en Dios, tenemos sueños, alguna cruz, ángeles, etc.

Noté que la gente no tiene miedo de pintarse la cara… Eso también se aplica a mí!

Tenemos cruces dibujadas y corazones, incluso el maquillaje le da una mirada triste. Estamos en un mismo entorno, donde creencias, pensamientos se unen, pero siempre con distorsiones.

Somos diferentes en cualidades, valores, pensamientos y físicamente, pero todos tenemos el mismo organismo que nos hace humanos y la representación de ello es el corazón que a todos late. La libertad de pensamiento.CAM01431

Lugares parecidos a los míos: los brazos, antebrazos, muñecas y pecho… muy pocos utilizaron sus pies. Casi nadie se dibujó el nombre de alguna persona.

La cruz: puede ser de religión, de muerte, de guerra según la percepción de cada uno.

En común, encontré miedos y amor… Símbolos en la frente, es muy simbólico marcarse allí. Da la impresión de ser un sello, algo que nos marca en gran medida o hasta nos predispone. El miedo y la mente y cómo juegan con nosotros.

Tristeza, amor, miedo, frustración y cada uno mostrando cómo se siente a la vez. Corazones… algunos como rotos.

Un énfasis en raíces

Vi libertad en océanos

Vi pensamiento: ascendentes

Vi dolor y separación, así como alivio y aceptación

Vi vicios y virtudes

Vi risas y curiosidad… cada uno con su propia historia.

Me da la impresión de que es algo que va muy hacia adentro de nosotros, hasta nuestro cuerpo. Me encontré con galerías diferentes a la mía. Muchos se abrieron… Todos pintaban su cuerpo a pesar de las circunstancias, dibujaban un poco de su vida, un desahogo silencioso.

Trazos alrededor de la cara, yo utilicé mis brazos; yo sólo utilicé figuras.

El mío, era un árbol buscando la luz para seguir creciendo. Las ganas de crecer, así como yo lo entendí con los árboles y naturaleza que dibujaron.

La frente: la mente; la garganta: obstáculo, fue punto de convergencia.

Borré el miedo a seguir mis sueños, porque esos son los que me dan esperanza. Borré el miedo a fallar, que simbolicé con una X en la frente. El miedo sobre mi corazón es el motor del resto de mis conflictos.

Borro los obstáculos en mis pies, que muchas veces yo misma me pongo… El duelo de la muerte cercana, mi detención, mis pensamientos cerrados.

Tenía en ambas comisuras de la boca dibujos que simbolizaban el viento. Los borré de un lado porque no quiero dejar de ser sincera, pero creo que debo ser más cuidadosa con mis palabras. Encontrar un equilibrio profundo y armonizarme con el entorno.

Borro mis obstáculos que eran sombras en mis ojos. Decido borrar lo que me detiene en mi libertad, ambos en mi boca. Me borré lo malo de mi “yin yang”, tengo que vivir y no quiero vivir con lo malo en mi vida. Borré la línea que apuntaba a mi cabeza.

No quiero que mi timidez siga siendo un obstáculo; el machismo con el que he crecido se ha impregnado en mí… ¡¡Nunca más!!

Las huellas de la historia y los obstáculos, ambos se traducen en miedo, lo que en varias ocasiones me ha impedido hacer cosas que he deseado por no atreverme.

Borro todo, lo tomaré como un borrón y cuenta nueva para mi vida. Una carita loca que hace la diferencia. Borro los límites que yo misma me he impuesto a lo largo de los años; también los límites que me impone mi género a los ojos de la sociedad y mi familia.

Sangre en mis dedos de la mano derecha por la violencia en Guate. La mayoría tienen el miedo escrito o simbolizado sobre ellos. La mente como motor o fuente de sus miedos.

El corazón en la muñeca de otra persona, toma un significado diferente.

Desaparezco esos frutos que al inicio eran hermosos a los ojos, pero conforme al tiempo se vuelven una planta que devora lo bueno.

El corazón, porque creo que debo dejar de ser tan sentimental y aprender a veces a no actuar por el corazón, sino por la razón.

Decidí quitarme lágrimas negras y blancas, los colores más resaltantes y neutros para mostrar el dolor. Decido quitarme la “X” del pecho y la garganta porque necesito dejar de callar y tener temor a ser escuchada.

A veces me cuesta sentir, lo borro porque me prohíbe ser realmente libre. No todo se debe pensar mil veces. Borro la línea que me unía a mi familia y la convertí en punteada porque es hora de buscar mi camino.

Borro el círculo en mi tobillo porque me impedía caminar. Borro mis complejos físicos y psicológicos porque nunca me dejaron superarme. Borro nombres que nunca debí conocer.

Dejé a Dios en mi vida, mi sinceridad, el respeto y el amor. Dejo los valores en mi frente, que son los que me hacen libre. Dejo el amor en mis manos.

Dejo las estrellas de colores en mis manos, porque no importa de dónde somos, cómo seamos, nuestra religión, sexo, edad, etnia. Todos tenemos algo en nosotros que brilla. Dejo también la amistad en mis manos.

Dejo la libertad en el símbolo de una paloma, junto a una persona, porque es la que me ha limitado lo que ahora soy. Mi libertad, la emoción que me mueve y el sentimiento.

El amor es el que mueve personas, acciones, masas y hace realidad muchas cosas. Dios en mi vida porque es quien me ha permitido aprender, reír y llorar.

Conservo la libertad que representé en mi boca, decir lo que llevo guardado me hace sentir libre.

Dejo también un número 4, que es muy personal. Mi fecha de nacimiento y los 4 cuatros que contiene.

Dejo el signo de interrogación porque aún tengo muchas inquietudes por resolver. Dejo mi historia, los libros que me han dejado marcas y enseñanzas; mi historia familiar, estoy orgullosa de mi bagaje cultural y mi libertad.

Mis manos son símbolo de libertad, ya que con ellas me manifiesto y moldeo el mundo a mi alrededor. La mariposa sobre mi corazón representa el asombro y una actitud receptiva hacia descubrir.

No dejo nada… al parecer soy alérgico a los colores…

Dejo el amor, el respeto, la humildad, la familia, el valor de hacer las cosas; la seguridad de que sé que puedo y las muertes que he pasado a lo largo de mi vida. Luchar por lo que quiero de ahora en adelante.

Decidí quedarme con la fuerza, un rayo de tres colores: azul, amarillo y verde, porque para mí un rayo es de mucha intensidad y fuerza poderosa.

Dejo el árbol alto, como mi hermanita percibía a mi papá. Es necesario que deje de intentar arrancar de mí una parte que fue importante. Dejo el corazón que representa cómo intento hacer orgullosa a mi mamá con todo lo que hago.

Dejé el símbolo de mi ceja y lunares, bigotes mal hechos para mostrar que a veces tener un pequeño defecto en el cuerpo no te hace ni peor ni mejor que los demás. Las cejas, porque es la formalidad y paciencia que pongo a lo que hago.

Decido quedarme con el dolor, con las dificultades, con mis raíces, con la inquietud, con la equidad, con mi libertad, con la música, con lo bueno que he hecho por las personas a quienes amo. Pueden quitarme todo lo material que tengo, pero no lo que arriba está escrito.

Permanece el símbolo de la música porque es algo que amo desde pequeña y tocar violín es una de mis pasiones.

El miedo: quiero que en el interior de mi mano se quede como recuerdo.

Dejo el pedazo de rompecabezas porque soy una parte del Universo. Dejo la “X” en mi sien, porque mi conocimiento es lo único que no me pueden quitar. Dejo el círculo en mi muñeca, que representa mi memoria del colectivo familiar, porque es de donde vengo me guste o no.

No borro nada. La historia me hace ser la persona que soy y no soy perfecta, pero sé que mis valores e intenciones son buenas. Los obstáculos me encantaría borrarlos, pero entonces la vida sería tan fácil y aburrida. También es fácil borrar la tristeza, pero entonces no apreciaría la felicidad de la vida.

Imagen de portada

Compartir