Instituto de Estudios Humanísticos/ Opinión/

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“Nunca reconoceremos el valor del agua hasta que el pozo esté seco”.

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El agua es un recurso valioso, a tal magnitud que sin ella no podríamos vivir. Sin embargo, su importancia y valor no se ve reflejado en el uso y cuidado que día con día le damos. De acuerdo a la UNESCO, “el agua dulce es el recurso más importante para la humanidad, es un bien transversal a todas las actividades sociales, económicas y ambientales”, es por ello que debe ser una prioridad el saberla administrar, ya que de ella depende la vida.

En el mundo están presentes grandes problemas ambientales que afectan el agua, como en el caso de Guatemala, siendo una de las grandes problemáticas la contaminación y el desvío de ríos por parte de los monstruos empresariales.

Por siglos ha estado presente el abuso extranjero en los países latinoamericanos, desde la conquista, podemos ver cómo extraen tesoros naturales y empobrecen los países. Actualmente en Guatemala no solo es ese el problema, sino que también se está contaminando el agua. Por otro lado, tenemos un gobierno incapaz de resolver la profunda crisis política, económica, social y ambiental en la que nos encontramos. En una nota publicada por Prensa Libre, Irene Barrientos, integrante del Comité de Unidad Campesina (CUC), afirmó que “se ha constatado que muchos ríos en la costa sur están contaminados y que su caudal ha sido desviado por la agroindustria, para utilizarse en el riego de monocultivos, palma africana y caña de azúcar”.

Un ejemplo de esto es lo que sucedió en el río La Pasión en Sayaxché, Petén. Pobladores, ambientalistas, académicos e incluso autoridades gubernamentales coinciden en señalar que la contaminación del río La Pasión es una de las tragedias ambientales más importantes del país. Murieron grandes cantidades de peces y animales acuáticos, además limitó los recursos alimenticios de las comunidades que viven alrededor. Este caos de contaminación fue en el año 2015, donde todo apunta que el responsable fue la Reforestadora de Palmas del Petén S.A, cuyas marcas emblema son el aceite Olmeca y los alimentos Regia. La palma africana es capaz de procesar grandes cantidades de fruto al día y este mismo proceso genera una cantidad muy alta de desechos líquidos.

Respecto a lo anterior Raúl Maas, investigador del Instituto del Instituto de Agricultura, Recursos Naturales y Ambiente de la Universidad Rafael Landívar (IARNA), en un artículo publicado por Plaza Pública expresa que: “Los peces murieron por asfixia a causa del desfogue de un producto que consumió el oxígeno disuelto en el agua. Es un poco lo que se ve a menor escala en los ríos de la costa sur, cuando los ingenios azucareros sueltan sus residuos”. Este líquido previo a su tratamiento es 100 veces más contaminante que las aguas negras domésticas.

Este problema y muchos más son los motivos por los cuales se levanta la Marcha por el Agua, la Madre Tierra, el Territorio y la Vida, la cual llegó a la capital el 22 de abril. Esta fue más que una marcha, fue un momento de reflexión de la necesidad que hay en cuidar el agua, la tierra y el respeto a la vida.

También resulta ser un llamado a todos los guatemaltecos y a las autoridades correspondientes del país, a tener conciencia de la situación y empezar a implementar cambios por bien a la humanidad.

Es tiempo que todos, y cuando digo todos, me refiero desde el Presidente de la nación hasta nosotros cuando nos cepillemos los dientes, empecemos a cuidar ese recurso de vida, porque aunque la tengamos en abundancia, hay que recordar que somos afortunados, pero las próximas generaciones no lo serán tanto. Desde el desperdicio hasta la contaminación de la misma, gota a gota, estamos perdiendo el aliento de vida de la tierra.

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