/Por: Fernando C. Gamboa
En la soledad es donde más miedo existe
Tomaste mi mano porque no sería igual
Gracias porque no me gruñiste.
Es de aprender a amar con igualdad
Sus lágrimas distorsionan mi pensar
Porque no era mi intención lastimar.
Sus risas son el contagio querido
Para una vida en ayunas
Sin su sentir estaría deprimido
Gracias por ser el sol
Porque yo me apagué
Que sin vida no tengo control
No hay que llorar
Porque no me he marchado
Solo debo aguantar
La tristeza es acogedora
el llanto me agobia
Mi vida fue pecadora
Gracias por su piel
Por no tener miedo
Aunque dejé de tener sabor a miel
En mi mirada que tengo.
No estoy marchito
Porque entendí que no fue
Mi delito
Fuiste tú, maldito.
Leave a Reply