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Claudia Aj / Opinión /

El 8 de marzo, más que una celebración, se conmemora a aquel grupo de obreras a quienes les arrebataron el aliento mientras exigían mejores condiciones de vida, aquellas mujeres que sufrieron las atrocidades de las guerras y a todas aquellas que fueron más allá de donde la sociedad les “permitía”.

Es una recapitulación histórica de todos los retos, logros y también de los tropiezos. Es preguntarnos qué estamos haciendo para mejorar nuestra condición y demostrar nuestra igualdad en una sociedad habitada, en su mayoría, por mujeres, pero controlada por hombres. Es mandar a la mierda los estereotipos de quedarse en casa al cuidando del hogar y tener lista la cena, de ir a misa cada domingo, vestir recatadas y no opinar de fútbol. Es darnos cuenta que esa igualdad inicia con cosas tan sencillas como hacer lo que nos venga en gana y no quedarnos calladas ni limitarnos porque así lo dicen los demás, es vivir y ser libres de hablar, reír, fumar, tomar, coger y gritar sin ser criticadas, además de tener acceso a oportunidades y ser tomadas en cuenta en todos los ámbitos.

No debemos guardar silencio, debemos solidarizarnos y exigir justicia por todas aquellas que aún no han parpadeado y viven reprimidas, debemos repudiar la violencia, el acoso y el maltrato en todas sus expresiones.

Cabe reconocer que ha existido un cambio positivo en cuanto a la inclusión y reconocimiento de los derechos de las mujeres; sin embargo, aún falta mucho para llegar a la cumbre de la igualdad, y vivir en un país donde el Congreso de la República esté conformado por la misma cantidad de hombres y mujeres, donde podamos caminar cómodamente en la calle sin escuchar absurdos intentos de piropos que, lejos de halagar, dan asco.

Hoy quiero cambiar el casete rallado que vive en la mentalidad de las mismas mujeres y nos priva de defendernos y de actuar según nuestras creencias. Hoy quiero salir y hacer lo que me de la chingada gana, vestirme para mí, tomar mis decisiones, cumplir únicamente mis expectativas, aceptarme y amarme.

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