¿Somos conscientes de nuestras propias acciones? ¿Tenemos conocimiento de lo que sucede a nuestro alrededor? ¿Comprendemos la situación que vive otra persona? Estas interrogantes sacan a relucir la existente necesidad de tener presente la realidad en general y la importancia de ser conscientes que nuestros actos pueden traer beneficios, así como generar consecuencias para las demás personas, para otros seres vivos y para el entorno que nos rodea.
Día a día nos encontramos inmersos en una rutina que puede conllevar a adoptar una forma de ser sistemática, en donde no identifiquemos realmente lo que sucede en nuestro entorno. Sin embargo, ser conscientes significa mucho más que eso; implica darse cuenta que cualquier acción que realicemos afecta de una u otra forma a las demás personas, no únicamente a los individuos con quienes nos relacionamos directamente, sino pueden llegar a afectar a terceras personas, e incluso a otros seres vivos como plantas, animales y de la misma forma al medio ambiente.
Ser personas conscientes conlleva ver más allá de lo que a simple vista identificamos,
Implica sobrepasar los prejuicios que se pueden tener y entender lo que realmente pasa en la sociedad, o lo que vive una persona en particular, ya que cada realidad es distinta. A través de esto, implícitamente se aplican valores como la empatía, el respeto, la solidaridad y el compromiso. Esto en virtud que, al momento de ser conscientes, de no juzgar sin antes comprender una realidad distinta a la nuestra, debemos ser empáticos y respetuosos. Al entender esta situación, podemos buscar formas de poder ayudar, a manera de ser solidarios, culminando en generar un cambio real y positivo, lo cual conlleva un compromiso de nuestra parte.
Actualmente, nos encontramos viviendo en circunstancias fuera de lo normal, algo que nadie esperaba que pasara. La pandemia por covid-19 cambió totalmente lo que considerábamos como normal e instauró nuevas prácticas, costumbres y necesidades. Ante este hecho social, se reafirmó la necesidad de ser más conscientes de cualquier decisión que tomemos y de cualquier acto que realicemos, ya que pueden acarrear serias consecuencias para nosotros y para otras personas.
En una realidad como la de Guatemala, en donde los hospitales no se dan abasto,
En donde no se cuenta con equipo médico especializado, en donde los precios de los medicamentos y tratamientos son ridículamente elevados y en donde no se cuentan con suficientes vacunas contra el covid-19, ya que la política de vacunación es ineficiente, debemos comprender la importancia de cuidar nuestra propia salud, la de nuestros familiares y en general de la población. Para esto, es totalmente necesario ser conscientes que el riesgo de contagio persiste, que las consecuencias de este pueden ser mortales y que realmente el tratamiento médico no es el mejor en Guatemala.
Muchas de las oportunidades y actividades a las que estábamos acostumbrados, ahora se ven limitadas, algunos de los privilegios que antes poseíamos ahora no los podemos disfrutar totalmente. Si bien es difícil aceptar dicha situación, tiene más importancia proteger nuestra vida y salud y la de nuestros seres queridos. Se reafirma la importancia de ser conscientes de nuestras acciones, de las consecuencias que se pueden generar y también la necesidad de estar al tanto de las personas que se encuentran pasando por un momento difícil a raíz de esta situación, para buscar una forma de ayudarlas.
Ser consciente en un momento como este es de gran valor, tanto para nosotros, como para familiares, amigos y para contribuir a mantener un bien común. Si bien es complicado y en ocasiones es más fácil no pensar en las consecuencias que pueden existir, de una u otra forma estas saldrán a relucir. Ser personas conscientes conlleva ser responsables a nivel personal y empáticos a nivel social. Este es el rol que debemos cumplir en la realidad que vivimos,