Fernanda Zelada/Corresponsal/Opinión/
No pienso escribir sobre el tema de quién debería ser el portero titular del Real Madrid porque ya es un tema sobrevalorado. Solo es cuestión de ver las últimas actuaciones de ambos porteros, tanto de Diego López, como de Iker Casillas para saber quién se ha ganado el puesto por rendimiento y no por antigüedad en el equipo. Además, discutir este tema ya resulta aburrido cuando Ancelloti ya lo ha dejado claro desde el principio de temporada: Diego López juega la Liga; Casillas la Champions League y la Copa del Rey. Fin de la discusión.
Mi descontento y rabia surge a raíz de un jugador que con su mala actitud ha desembocado un sinfín de problemas dentro y fuera del terreno de juego, y hablo de: Iker Casillas Fernández. Sí, el canterano de Móstoles que hace 13 años debutaba en el primer equipo, que con sus buenos reflejos y habilidades, se fue ganando la titularidad en el equipo blanco.
Su carácter de hombre humilde, buena gente y su actuación heroica en la final de la Champions contra el Leverkusen, terminaron por encantar y enamorarnos a todos los madridistas en cualquier rincón del mundo. Además de ganarse varios corazones de las mocitas madrileñas*, el mío incluido. ¿Cómo no amar a ese Iker que se dejaba todo por el Madrid y que se consagraba campeón de Europa por segunda vez en su carrera con lágrimas en los ojos? Los madridistas clasificamos al mostoleño como “madridismo puro”.
Sin embargo, las opiniones e imagen de Casillas en la actualidad han cambiado para mal y es de incrédulos haber creído, creer o seguir creyendo, que esto lo provocó José Mourinho. No obstante, hay que reconocer que el actual entrenador del Chelsea fue el responsable de abrirnos los ojos a muchos madridistas sobre quién es en realidad el capitán del Madrid.
Mourinho: “Si tengo un cesto con una manzana podrida y 24 manzanas perfectas, en un mes todas estarán podridas”.
El problema de Iker empezó en el 2008 tras conquistar su primera Eurocopa en el Estadio Ernst Happel, cuando su prioridad dejó de ser el club de sus amores, por la Roja (apodo otorgado a la selección española). El capitán tanto de la selección española como del Real Madrid es callado pero no tonto y su estrategia mediática empezaría desde aquí. Su papel de “cae bien” lo jugaría en pro de la Roja y no de su club.
Casillas: “Prefiero a Cesc y a Villa antes que a Kaká y Cristiano. ¿Eurocopa con España o título con el Madrid? Eurocopa”.
Me adelantaré hasta la llegada de Mou al equipo blanco, porque con ella vendría la revelación de una de las caras de San Iker: niño resentido con acciones que solo perjudicarían y continúan perjudicando al club.
De Santo a Topo
Casillas ha dejado de ser capitán del Madrid hace mucho tiempo. Se ha convertido en un hombre callado (cuando le conviene), no defiende ni apoya a su club ni a sus compañeros de equipo como lo hacía Raúl cuando todavía estaba en el Madrid, incluso en el banquillo. Cada vez que el Madrid recibe un ataque de sus amiguitos los periodistas, él calla y se hace el desentendido. Las filtraciones de información a sus amigos periodistas sobre la situación en el vestuario (de aquí el apodo Topo), su noviazgo con la periodista antimadridista Sara Carbonero y su amistad con Xavi, jugador que se la pasa presumiendo de tener valores cuando lo único que hace bien es quejarse del césped, han sido motivos suficientes para la sentencia que el madridismo ha impuesto: ¡Casillas, vete ya!
Yo me pregunto: ¿qué tipo de capitán pone por encima sus amistades con el equipo contrario que a sus propios compañeros? Ese tipo que tras un clásico, llama para pedir disculpas sin importarle el disgusto que le causaría a toda la afición madridista.
¿Qué tipo de jugador que se proclama ser madridista no celebra un gol de Cristiano Ronaldo ante el Manchester City al último minuto de un partido del Champions League, mientras que todos los madridistas del mundo se dejaban la voz por esa épica remontada?
¿Qué tipo de madridista exige jugar por decreto y no por méritos, mientras asume una postura tan absurda como la de dejar de entrenar porque ya sabía que no iba a jugar el próximo partido (temporada con Mourinho), o sale a calentar pero se queda parado con la mirada llena de rabia y la actitud de no ponerse los guantes porque no está alineado (temporada con Ancelloti)?
¿Qué tipo de jugador va y se calla, mientras que a un compañero como Diego López le pitan en el campo a causa de la campaña mediática que él mismo inició, pero que cuando vuelve a la titularidad solo tiene declaraciones de lo sufrido que es, pero ninguna palabra para defender a los suyos?
Iker: “Estoy contento, jugar ahora está muy caro.”
Diego López: “Para mí, cada minuto jugado con el Real Madrid es un regalo del cielo.”
¿Y qué tipo de jugador se cree más que un entrenador, más que sus compañeros y más que su club?. Iker, te crees tan intocable que hasta te planteas salir del club que te lo dio todo y solo lo haces para provocar a los que están a tu alrededor. Incluso, crees que es gracioso ir ahí y hacer chistes como los de: “Por lo menos puedo jugar el Trofeo Bernabéu” , solo para incitar a los medios que día con día devoran al Madrid y lo destruyen.
Don Santiago Bernabéu: “Quien piense en irse del Madrid ya sabe donde tiene la puerta”.
Yo he sido madridista desde los ocho años (actualmente tengo 21) y nadie me dirá cómo vivir mi madridismo. Ya sé que me tacharán de Mourinhista y anti-Casillas, y sí, soy Madridista y Mourinhista orgullosamente y esto último no tiene nada que ver con mi opinión acerca de Iker. Mi criterio sobre el “capitán” del Madrid es de lo mucho que le aporta al equipo, pero en cosas malas: filtraciones, ruido mediático, su nula capitanía y poco compañerismo hacia los suyos.
El único emblema del Real Madrid es el escudo y este va por encima de cualquier jugador, entrenador o presidente, porque no hay nada más grande que defender el escudo del mejor equipo del mundo. Yo ya me he ganado varios enemigos por decir que Iker Casillas debe de irse del Madrid, y es que muchos creen que para mi es fácil decir esto, pero no saben que yo fui una de las primeras en defenderle al salir los rumores de que él era un topo.
Yo también disfruté de las milagrosas paradas de San Iker, yo también lloré con él cuando el Madrid ganó la liga en el 2007 ante el Mallorca de la mano de Don Fabio Capello, yo también gritaba con su famoso “¡Fuera, fuera!” en cada tiro libre o de esquina. Sí, yo estuve ahí en los mejores y peores momentos del Madrid, cuando él era el titular y un ejemplo a seguir. Le agradezco todo lo que le aportó al club, pero ha llegado el momento que su comportamiento de niño berrinchudo solo deja una salida, y es que se vaya del Madrid.
Casillas, cuánto te quise y es eso lo que más me molesta, ya no puedo defender algo que no es defendible y eso es lo que es Iker Casillas ahora.
El joven de Móstoles que un día conquistó los corazones de los madridistas en la final de Glasgow, se ha convertido en un hombre aborrecido por los suyos pero aclamado por el eterno rival, el Barcelona. Ya Bastion, columnista madridista de Madridismo Subversivo, lo ha dicho antes: “El que fue para muchos de nosotros un ídolo del madridismo, Iker Casillas, hoy es una sombra oscura extraña e irreconocible. Te quisimos mucho, muchísimo, por eso ahora nos dueles más”.
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