Los Juegos Olímpicos es el evento deportivo más importante a nivel mundial, realizado cada cuatro años, que reúne a los atletas de más alto nivel. Este evento se ha llevado a cabo desde 1896 y uno de los factores que más influyen es el impacto económico que estos conllevan. Anteriormente, el albergar este evento conllevaba obtener una ganancia financiera, considerando la cantidad de espectadores y patrocinadores involucrados.
Por ende, históricamente siempre ha existido una disputa entre países para determinar qué país albergará el evento.
Sin embargo, ¿aún existe un impacto positivo para el país, al albergar estos juegos? Según varios estudios, el impacto económico tiende a ser menor de lo pronosticado en los últimos eventos. Si bien, la situación económica y liquidez financiera difiere entre países, generalmente estas naciones tienden a endeudarse para la estadía de los atletas, logística, infraestructura, entre otros. Por otra parte, la inversión extranjera y turismo son factores que permiten solventar parte de estos desembolsos.
Dentro de los beneficios que se poseen, radican en ofrecer empleo temporal a los ciudadanos, patrocinadores, cobertura por medios de comunicación y mejor infraestructura. Para los Juegos Olímpicos de 2016 el gobierno brasileño desembolsó 13,1 mil millones de dólares, un poco más del 25 por ciento de lo pronosticado, que conllevó el uso de dinero público y privado para solventar una crisis que ya estaba ocurriendo por las carencias del sistema de salud y por el virus Zika. Como consecuencia, aún existen muchos trabajadores sin recibir pagos, las pensiones fueron afectadas y aumentó la delincuencia. Por otra parte, para los recientes Juegos Olímpicos Tokio 2021 el impacto económico también afectó, dado que posponer el evento por un año dada la pandemia, conllevó un desembolso extra de 2.8 mil millones de dólares, lo que lo convierte en los Juegos Olímpicos más caros de la historia, con un desembolso total de más de 15 mil millones de dólares.
Para el 2021, el impacto económico para Japón fue menos beneficioso que el de sus predecesores Inglaterra y Brasil, dado que prohibió la llegada de espectadores, disminución del turismo internacional y desembolsos para atender la emergencia sanitaria. Según The New York Times, todos los Juegos Olímpicos desde 1960 han superado lo que tenían presupuestado, en un promedio del 172 por ciento, en términos ajustados a la inflación. Estos sobrecostos demuestran una subestimación del costo que realmente se tenía planificado. Dentro de los eventos que han traído mayores beneficios no solo económicos, se encuentran los realizados en 1988 en Seúl, marcando el fin de una dictadura y el inicio de una democracia más incluyente; o en el 2008 para China, que evidenciaron su influencia en la economía mundial y su emergencia en varios mercados.
Para el 2021, Japón demostró su moderna economía y prioridad por la innovación y tecnología.
Si bien en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 se esperaba que lograran un estímulo económico como los realizados en 1964, no fue lo esperado, pero el contar con mejoras en infraestructura, tecnología e interés por inversión extranjera, demuestra la resiliencia de un país como Japón que ha demostrado su compromiso y disciplina para sobresalir en cualquier evento.