José Rodolfo Ruiz/ Corresponsal/
“Deberían tener elevadores aquí”, me dijo el hombre mientras lo acompañaba a subir las gradas para llegar a la fotocopiadora que está en un segundo nivel de mi universidad. El no era mucho mayor que yo, tal vez solo unos 7 u 8 años, pero sus piernas sufrían de alguna deformidad que no le permitía extender las rodillas en su totalidad.
Tenía toda la razón. Tomemos el caso de la universidad donde estudio, la cual no cumple con propiciar a cabalidad instalaciones que faciliten la movilidad de las personas discapacitadas. En la Unviersidad Rafael Landívar existen rampas del parqueo 4 al edificio M, en el área de cafetería, junto a la biblioteca, una rampa de carga frente al Edificio L y una en el edificio TEC. Solamente existe un elevador en toda la universidad. No es suficiente para considerar que una persona discapacitada pueda moverse fácilmente dentro de ella.
¿Cómo se sentirá entonces ser un estudiante discapacitado que paga su mensualidad y no goza de los mismos beneficios que los demás?
Sin embargo, las desventajas a estas personas no se limitan a una universidad. Son raros los espacios públicos o privados que toman en cuenta las necesidades de personas con discapacidad física, además que en el país existe una clara marginación laboral y educativa para otro grupo importante, personas con discapacidades mentales.
Personalmente, conozco el caso de un niño con un grado de retraso mental que tuvo problemas en un colegio grande -de bastante renombre- porque la atención que recibía era insuficiente para su condición. Constantemente obtenía notas bajas y estaba en riesgo de perder el año a pesar de los esfuerzos que se hacían en casa con ambos padres que trabajaban y lo ayudaban con tareas. El colegio reconoció “no poder prestarle la atención necesaria” y sugirió que fuera trasladado a otro lugar.
Serán pocas las instituciones públicas o privadas en Guatemala que se dediquen a impartir todos los niveles de educación con la atención personalizada que requieren casos como este. El niño del caso tuvo la suerte de ser ingresado en un colegio pequeño donde había tan solo 10 o 12 estudiantes por clase, lo que permitió que los docentes estuvieran más atentos de su educación.
Este tipo de exclusiones también ocurren en el ambiente laboral, especialmente en Guatemala, donde gran parte de las oportunidades de trabajo están concentradas en la mano de obra física. Desde el punto de vista del empleador, si existen personas sin impedimentos físicos que están dispuestas y son capaces de realizar el mismo o más trabajo, ¿por qué contratar a alguien con alguna discapacidad?
El resultado de esta discriminación lo encontramos en los semáforos, especialmente aquellos como en el Boulevard Los Próceres y las calles aledañas de la zona 10, donde es fácil reconocer las mismas caras de quienes piden limosna demostrando su discapacidad.
Como la mayor parte de la problemática guatemalteca, todo se reduce a la ignorancia. Desde hace muchas generaciones, se les discrimina porque se les considera personas inútiles, inservibles, o un estorbo, de la misma manera en que tratamos a nuestros ancianos. Por eso hay madres que desechan a sus bebés como si fueran basura y los abandonan en las calles como desperdicio humano.
Todos y cada uno de ellos son personas y tienen tantos derechos como los demás. Derecho a un trabajo, una buena educación, a una vida digna.
Llos dejo con una pequeña parte de la Constitución de Guatemala que fue parte del Decreto número 135-1996 de la Ley de atención a las personas con discapacidad:
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CAPITULO II Obligaciones del Estado y de la sociedad civil
ARTICULO 11. Son obligaciones del Estado y de la sociedad civil para con las personas con discapacidad, las siguientes:
a) Incluir en las políticas, planes, programas y proyectos de sus instituciones los principios de igualdad de oportunidad y accesibilidad a los servicios que se presten a las personas con discapacidad.
b) Propiciar que el entorno, los servicios y las instalaciones de atención al público de edificios públicos sean accesibles para las personas con discapacidad.
c) Eliminar las acciones y disposiciones que, directa o indirectamente, promuevan la discriminación o impidan a las personas con discapacidad tener acceso a programas y servicios en general.
d) Apoyar a las organizaciones de personas con discapacidad, con el fin de alcanzar la igualdad de oportunidades.
e) Garantizar el derecho de las organizaciones de personas con discapacidad de participar en las acciones relacionadas con la elaboración de planes, políticas, programas y servicios en los que estén involucrados.
f) Promover las reformas legales, la aprobación de nuevas leyes y el análisis de la legislación vigente para propiciar la eliminación de las normas que discriminan a las personas con discapacidad.
g) Contribuir al estudio y solución de los problemas nacionales, en lo relativo a la integración de las personas con discapacidad, a su familia y a las organizaciones de y para personas con discapacidad.
h) Apoyar a los sectores de la sociedad y organizaciones sin fines lucrativos a la consecución de sus y planes de trabajo, relacionados con las personas con discapacidad.
ARTICULO 12. La obligación primordial del desarrollo de la persona con discapacidad corresponde a los padres, tutores o personas encargadas, quienes tienen obligaciones comunes en lo que a esta norma se refiere. Para garantizar su cumplimiento el Estado deberá:
a) Elevar el nivel de vida y de atención a las personas con discapacidad.
b) Facilitar la creación de fuentes de trabajo, específicas para las personas con discapacidad.
c) Fomentar la creación de escuelas o centros especiales para la atención de personas con discapacidad, que, con motivo de su limitación física o mental, no puedan asistir a las escuelas regulares.
d) Mejorar el acceso de las personas con discapacidad a los servicios públicos esenciales en todo el país.
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Como sociedad, tanto en Guatemala como en otros países, se nos suele olvidar respetar el derecho a una vida digna, uno de los tan escuchados Derechos Humanos que tan pocos hemos leído completo.
Fotografía: http://sas.usal.es/images/istuckphotos/iStock_Discapacidad.jpg