Cuando me dijeron si quería ser parte del equipo de bloggers Brújula, lo primero que pensé fue, ¿de qué voy a hablar por Dios?, pero cuando poco a poco me explicaron acerca del propósito de este rincón y que para eso definitivamente soy muy buena, rápido pensé, ¿por qué no?
Para entrar en contexto de quién soy y de que voy a estar hablado en los artículos, les daré una breve explicación de dónde vengo.
Nací en 1997 en un hermoso municipio llamado “Amatitlán” (Sí, yo sé que el lago está verde, pero es hermoso). Pasé 6 años de mi vida ahí y la verdad es que a pesar que tengo pocos recuerdos, los más grandes son las salidas con los primos a jugar. Un día de noviembre, mi familia y yo nos mudamos al lejano departamento de Huehuetenango. Creo que allí tengo la mayoría de mis hermosos recuerdos. He estudiado en 6 diferentes colegios, muchas actividades extracurriculares, por lo cual definitivamente tengo muchos amigos.
Gracias a eso siempre me ha gustado salir, platicar, conocer, probar, explorar y sobre todo… reír. Para los que me conocen, sabrán que mis pláticas no siempre son lógicas, la mayoría de veces son muladas. Porque si de algo he aprendido con mis años de vida, es que si no amas lo que haces y no disfrutas el día a día, no vivís.
Desde que entré a la universidad, me ha encantado conocer la ciudad, ir a aquellos lugares en donde con un buen café y una buena compañía, no se siente el tiempo. Aquellos lugares que se crearon con una idea fresca, innovadora y sobre todo con pasión.
Todo empezó por cuestión de presupuesto, me aburría estar en mi casa, pero no tenía el dinero para salir todos los días y comprar un panini de cuarenta quetzales siempre. Entonces poco a poco me gustó conocer un lugar en donde ir a tomar un café y un buen postre, se volvió algo que me encantaba. Estaba tan aburrida de ir a los mismos lugares, que mientras el tiempo pasaba, más lugares abrían y por medio de Facebook me enteraba o bien, me contaban.
Así que si ya lo notaron, de esto se va a tratar esté rincón: de esos lugares, comidas, bebidas, rutas, salidas que poco a poco les contaré. Ese nicho de mercado que puedan conocer y sobre todo, saber la experiencia que he tenido les ayude a sus check lists de lugares a visitar. Porque créanme que el vivir en varios lados me ha ayudado a saborear desde una buena tortilla de frijol doble y una tostada de guacamol de Doña Lucía a la orilla del Lago de Amatitlán, hasta tomar un delicioso chocolate en Café del Cielo con la mejor vista de Guatemala, en El Mirador Diéguez Olaverri.









