Eliu Nuila / Opinión /

Cualquier parecido con la realidad es pura, pero pura coincidencia.

Hay algo que he aprendido en la vida: no hablar de uno mismo (eso es lo que dice la mayoría); sin embargo, me he puesto a pensar que cuando la vida te sorprende con capítulos amargos, como el que posiblemente estoy viviendo, también se puede hablar de uno mismo. Capítulo que confieso no es de los que acostumbro a vivir (y no es que mi vida sea tan vil).

Hace ya tres años nueve meses y veinticinco días, apareció aquella persona. Le llamaré innombrable y es que no quiero parecer fantasioso, pero desde el primer momento en que innombrable y yo nos besamos, sentí literalmente mariposas en mi estómago.

Parece ser que todo en mí empezaría a cambiar, bueno eso era lo que yo creía.

La historia es muy larga para escribirla en letras y el espacio es muy corto para contarla detalladamente, así que me tendré que saltar un par de año. 2015. Para mí, será el año más tenebroso que alguien alguna vez pueda haber vivido, especialmente si estás enamorado. A finales de agosto para ser exacto inició todo… empecé a sentir que innombrable ya no era la misma persona de antes, especialmente cuando hablábamos; y es que tengo que decir hablábamos todos los días (tengo que confesar que me caracterizo como una persona que sin ver u oír, puedo ver mas allá de lo que otras personas ven).

Tenía dudas de lo que pasaba en aquella relación que parecía la más romántica de todas; inicié a tener una hipótesis de lo que podría estar pasando… una tercera persona; esto lo confirmé cuando aquella tarde con el cielo totalmente azul, en la terraza de mi casa junto a innombrable, nuestras hormonas se elevaron hasta el punto de terminar en una habitación. Recuerdo bien, fue en aquel hotel, donde por primera vez, en nuestro pueblo llamado Islandia nos quedamos.

Los besos aumentaron mis ganas de ser suyo e innombrable mía, fue la camisa acompañada de la blusa, los jeans y otras prendas, hasta quedarnos como…  Sin tanto detalle, cuando estábamos a tan solo milésimas de consumar lo deseado, algo hizo que no dejó que pasara. Simplemente sentía que algo en mi iba a explotar pero no, no pudo ser. Al siguiente día despertamos muy temprano, me fui a mi lugar de transmisiones e innombrable, horas más tarde, se fue a lo que ella hacía; ese día fui por ella con una maleta en la espalda, pues viajaríamos a aquel lugar que para mí era el lugar más deseado en conocer, aquella ciudad llamada Tonvis.

La tercer noche continua juntos, donde por fin podríamos cumplir nuestro deseo carnal (que tengo que decir que ya llevábamos más de un año siendo uno del otro), volvió a pasar lo mismo de la primera y segunda noche… Y es que sin contar las tardes y mañanas que tampoco se pudo, como la mañana del lunes, cuando acostados le pregunto: Mi amor, dígame la verdad ¿usted anda con alguien más?, recuerdo bien su respuesta: “¿Acaso soy una puta igual que usted?” (y es que tan acostumbrado estaba a que me lo dijera que no tardaron muchas semanas para creérmelo).

En esa confusión de ideas pude descubrir con pruebas que me engañaba.

Mi mente no concebía que innombrable me engañaba y lo peor es que ya era un mes de engaño con aquel chico al que también le decía mi amor, mi vida, mi niño, como a mí me lo decía. Las semanas pasaron y no fue hasta enero del 2016 cuando regresamos de nuevo formalmente (descubrí el engaño el 21 de septiembre), y es que digo formal porque al tercer día de medio descubierta la olla, fui yo quien rogaba día tras día para que regresáramos y que yo perdonaría.

En enero del 2016, viví un nuevo golpe de innombrable para mi, pues descubrí aquel Facebook y Twitter falso (lo chistoso es que éramos amigos y me seguía) donde concertaba citas con varios chicos desde marzo de 2015 (y así fue como una misma mañana conoció y se acostó con el chico con que me engañó). Perdoné lo que había sucedido y seguimos siendo la pareja que debíamos ser, los más felices como siempre lo deseamos.

Fue hace unos días atrás, cuando me di cuenta que mis sueños se habían truncado, todo por haber seguido aquel amor; dejé mi trabajo, dejé mis amigos, dejé hasta a mi familia y otras cosas. Deseé de todo corazón que me perdonara como yo lo había hecho, de la misma forma en que yo lo había hecho, pero no fue así (confieso cometí los mismos idénticos errores que innombrable, a excepción del engaño).

Soy valiente en decir que cometí errores que nunca debí haber cometido, me arrepiento de todo corazón, pues siempre habré mencionado aquella frase “no hago lo que no me gusta que me hagan”. Y es que ya me lo habían hecho, no tuve por qué hacerlo, pues sé muy bien cómo se encuentra ella ahora mismo, con la diferencia que yo busqué y rogué a pesar de su engaño. Pero de ella solo obtengo rechazo y pareciera que soy el primero en la historia que habrá chateado con otras personas de forma erótica (y confieso muy erótica). Y es que a ella se le olvida que un día alguien le perdonó, alguien le rogó para regresar a pesar de haberme dicho un minuto antes que me engañaba.

Hoy solo puedo decir: mi vida retrocede siete años, recuerdo muy bien que me encuentro en las mismas condiciones de aquel año. ¿Cómo? Pues sin nada.

Con estas letras me despido:

“Innombrable tú… y ahora muchas personas saben cuál es su nombre, solo le deseo lo mejor en la vida y por favor… cumpla con su juramento de aquella noche de miércoles”.

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