corrupción

Ángel Ramírez /Corresponsal / Opinión/

Hace algunos días se ha estado tratando muchísimo el tema de la corrupción en el país debido a que la organización Transparencia Internacional presentó los resultados del IPC (índice de percepción de la corrupción) para el año 2013. Al realizar una revisión sobre la posición de Guatemala en dicho informe, aunque ya sin mucho asombro, vemos que se ubica en el lugar 123 a nivel mundial y 26 a nivel de América. Ante esta situación, es necesario hacer una reflexión bidireccional(1) para entender dos de las tantas aristas que puede afectar este fenómeno al país.

La corrupción dentro de las instituciones del Gobierno (como responsable)

El informe del IPC pretende medir los niveles de corrupción dentro del manejo de bienes públicos desde las instituciones gubernamentales. Lo que se pretende dar a conocer es la percepción que se tiene sobre la opacidad con que se manejan los procedimientos formales dentro del Estado a cargo de empleados públicos. Según lo plantea Transparencia Internacional, se miden las percepciones sobre este delito a nivel administrativo y político.
Por consiguiente, lo que refleja este puesto, dentro del ranking de percepción de corrupción, para Guatemala son las constantes prácticas de particularismo (clientelismo) dentro de los procesos institucionales del Estado; la falta de políticas públicas anti-corrupción; la poca transparencia en el manejo de fondos públicos; el abuso de autoridad por parte de funcionarios públicos; la ineficiencia del gasto público como resultado de la corrupción. Ante esta situación, y de manera paradójica, es muy preocupante que el oficialismo haya declarado el 2013 como el año de la transparencia al mismo tiempo que se retrocede 4 puestos en el ranking ya mencionado.

La sociedad como aliado de la corrupción

A pesar de ser mucho más difícil de medir, la sociedad guatemalteca (o gran parte de ella) también es una gran aliada para que el IPC se mantenga en esos niveles porque se ha llegado a internalizar dicha práctica que se convirtió en la regla y no la excepción en todos niveles de interacción social.
De esta forma, la corrupción es, ahora, uno de los vínculos que estrecha la relación Estado-ciudadano por varias razones. Fundamentalmente, la falta de interés del ciudadano en la política deja un vacío importante que aleja a este último de sus instituciones gubernamentales. Según datos de Latinobarómetro, solamente el 21% de los guatemaltecos está interesado en cualquier forma de interacción con la política. Por lo tanto, esta falta de interés se traduce en la lejanía de gran parte de ciudadanos a participar en las esferas públicas y una baja fiscalización y auditoría social. Además, esta falta de interés por la política (y por lo político en general) aleja del imaginario social un problema como el de la corrupción, siendo tan natural para la vida misma que se vuelve una práctica cotidiana para muchas personas, convirtiéndolos en aliados de las mismas prácticas que se les achaca a los funcionarios públicos.
Obviamente, no me refiero a que la culpa es exclusiva de los ciudadanos, pero si es necesario hacer ver que somos cómplices, no solo por no exigir transparencia y realizar ejercicios de auditoría social, sino que también por pensar que es algo normal que nos lleva a no respetar un semáforo, a dar una “mordida”, al decir “qué vivo” o “qué pilas” es el alcalde, el diputado, el ministro cuando se hace público lo bien que utilizan los fideicomisos y los fraccionamientos de compras directas sin licitación o las compras por excepción.

 

(1) Me refiero a bidireccional a que se debe hacer una reflexión (1) desde el gobierno debido a que se interpreta a la corrupción como el abuso de poder y de autoridad para fines particulares (Transparencia Internacional); y (2) porque cuando se dice que es un caso de corrupción estructural, es necesario considerar que el problema también está arraigado como prácticas y mecanismos socio-culturales, no necesariamente provenientes de la estructura institucional gubernamental.

Referencias:

Latinobarómetro (2013). Informe 2013. Consultado el 3 de diciembre de la World Wide Web: http://www.latinobarometro.org/documentos/LATBD_INFORME_LB_2013.pdf

Transparencia Internacional (2013). Informe de Índice de Percepción de la Corrupción 2013. Consultado el 3 de diciembre de la World Wide Web: http://www.transparencia.org.es/IPC%C2%B4s/IPC_2013/Am%C3%A9rica.pdf

Fotografía: devianart.com

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