El 11 de septiembre último se llevó a cabo la fiesta cívica que cada cuatro años genera interés político entre los guatemaltecos.
“Votando vamos por Guate” fue una campaña que acaparó todos los medios nacionales de comunicación, en la que personajes famosos informaban sobre el proceso de votación e invitaban a los empadronados a asistir a las urnas. La iniciativa luchó contra la exagerada propaganda política que abarrotó todos los canales de difusión. Sin embargo, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) logró que su estrategia tuviera aceptación, puesto que incluía a jugadores de futbol, artistas y atractivas presentadoras de televisión. No cabe duda que las elecciones suplen la ausencia de farándula nacional. Los presidenciables son nuestro “A List” por, al menos, cuatro meses.
Tan rápido como llegó, así también se terminó la primera vuelta de las Elecciones Generales y del Parlamento Centroamericano 2011. Ese día, el pueblo ejerció su derecho de emitir su voto en legítima soberanía. El sufragio es importante porque de este dependerá el futuro del país por los próximos cuatro años.
Un total de 5 millones 807 mil 16 votos fueron contabilizados, que representó el 69.30 por ciento de las personas empadronadas. El abstencionismo se redujo al 30.7 por ciento, en comparación con el 39. 63 por ciento del 2007, el 45 por ciento del 2003, el 46.2 por ciento del 1999 y el 53.2 por ciento del 1995.
Los resultados de las elecciones para presidente generaron que los políticos continúen con su circo. Los jingles, los spots televisivos y los cabildeos para lograr el apoyo de otros partidos durante la segunda vuelta, son cortinas de humo que ocultan profundas interrogantes: cómo solucionarán los problemas del país y quién financia sus millonarias campañas.
Los binomios que pasan a la segunda vuelta tienen el mayor número de votos, pero ninguno logró la mitad más uno, que les hubiera dado la victoria el pasado 11 de septiembre. Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti, del Partido Patriota, obtuvieron un millón 610 mil votos, que representan un 36 por ciento. Manuel
Baldizón y Raquel Blandón, de Líder, lograron un millón 308 mil sufragios, es decir, un 23 por ciento del total.
Estos cuatro personajes se vestirán de gala por los próximos meses hasta el 6 de noviembre, fecha en la cual se efectuará la segunda vuelta. Seguramente buscarán coaliciones con otros políticos, aunque Eduardo Suger, de Creo, anunció que no apoyará a nadie. Sin embargo, se presume que la alianza Une-Gana buscará comer caviar y tomar champaña con Líder, debido a que con los patriotas no se lleva. Harold Caballeros de Viva, no se quedará atrás y se pondrá su traje naranja para colaborar con Pérez y Baldetti.
Esta segunda vuelta promete hacernos sentir la emoción que vemos en las novelas mexicanas, colombianas o brasileñas. Los políticos buscarán amistad por conveniencia, harán campaña negra, realizarán giros imprevisibles y alguna que otra traición.
Por tal motivo, los jóvenes universitarios no debemos entretenernos con este circo y tenemos que ser analíticos. Sabemos que las propuestas de campaña son, muchas veces, solo promesas. El actuar político no se reduce a tachar unas papeletas cada cuatro años. Recordemos que en las manos de estas personas confiaremos nuestro futuro y el de las próximas generaciones. No permitamos que ese interés político muera el 6 de noviembre. Después de eso viene lo más importante: unirnos como sociedad y exigir porque el futuro presidente cumpla con su plan. No nos quedemos sentados y luchemos por nuestra Guatemala.