Siria1

Joseline Castro / Colaboración /

Gandhi expresaba una frase muy profunda “No me importa la maldad de los malos, me preocupa la indiferencia de los buenos” la cual provoco hacerme ciertas preguntas y hoy con el debido respeto se las hago a ustedes.

Cuéntenme, ¿Cómo amanecieron hoy?, ¿Qué inquietud tienen en su mente hoy?,¿Qué sienten sus corazón? Quizá amanecieron agradecidos, felices, llenos de vida, agotados, cansados, positivos, cada día más cerca del éxito; bueno, cada quien es distinto, cada quien piensa diferente pero les digo algo, yo me levante soñando. ¡Así es! soñando que Siria pueda sonreír de nuevo, que esos seres humanos, no tan diferentes a nosotros, se levantaran como ustedes y yo nos levantamos hoy.

Amigos todo empieza con nosotros. Cada dos segundos una nueva vida es entregada al mundo y cada individuo busca una fe por la cual vivir y dar sentido a su vida. Me entristece ver a menudo como las personas pierden de vista sus principios y su corazón, cuando es justamente eso es lo que nos hace ser humanos y es lo que realmente importa. Debemos entender que la esencia del pensamiento no es la del conocimiento y es aquí donde me pongo a pensar en lo que decía aquella filosofa judía Hannah Arendt: cuando nos privamos de esta facultad, dejamos de discernir como consecuencia y eso ocasiona que muchas personas normales cometan actos o tomen decisiones catastróficas a una escala enorme cuando lo ven todo perdido. A mi punto de vista el presidente Bashar Al- Asad lo hizo.

Sabían que, inicialmente, ¿la Cuna de la Revolución empezó en la ciudad de Daraa y que después corrió a Siria?

Este conflicto bélico empezó con protestas pequeñas en el país en enero del 2011, estas enfrentaban al gobierno junto a las Fuerzas Armadas de Siria; conformadas por diversos grupos rebeldes que busca derrocar al gobierno, sacando del poder al presidente Bashar Al- Asad. Este último respondió a las protestas con disparos a manifestantes, arrestos masivos, torturas de prisioneros, brutalidad policial y censura de eventos; sin embargo, las protestas continuaron en aumento y el gobierno asegura que este conflicto es una guerra del Estado de Siria contra él.

Sé que ustedes, no pueden disentir de esto al igual que yo. Es ahí donde hago la pauta para pensar qué será de esos sagrados corazones inocentes, apagados por mentes con razonamientos vacíos y corazones podridos. A esos hombres me gustaría poder decirles -un día- que se les olvida que, aunque hayan visto en eso un castigo, a los ojos de esos insensatos quizá estén muertos y su partida parecerá una derrota. Creo firmemente que pareciera que nada quedó de ellos, en realidad entraron a la paz “porque las almas de los justos están en las manos de Dios, porque el alma de esas personas nadie puede matarlas.”

Y con esto queda decirles a ustedes que sé bien que “hay quienes se hacen ricos y no tienen nada, hay quienes se hacen pobres y tienen muchas riquezas.”

De nada sirve el éxito alcanzado si no hemos trabajo en nuestro interior, eso es lo que va a definirnos el día de mañana. Un pueblo que busca valer su democracia no merece ser silenciado con la muerte señores, un verdadero pueblo demócrata puede disentir de las opiniones de los demás y criticar a su gobierno haciendo valer su soberanía, pero sobre todo un pueblo democrático cree en el derecho que tiene el hombre a cambiar. La democracia está en los hombres que la crean según los principios en los cuales ellos viven, cada uno con sus rasgos buenos y malos. Si el día de mañana ustedes asumen una responsabilidad y su Estado puso la esperanza en ustedes, me resta decirles que no se cuiden de perder la guerra, ¡cuiden sus mentes de la perversión que trae el poder! y que su corazón sea el arma esencial para que no pierdan la humanidad.

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