Marisol Chavajay/ Colotenango, Huehuetenango/
Hoy nuestro país es joven ya que se estima que el 60% de la población es menor de 30 años. Actualmente somos parte importante de las personas que eligen a los gobernantes de nuestro país, por lo que es importante reflexionar: ¿Estamos haciendo valer nuestros derechos como ciudadanos? ¿Qué nos motiva a votar? ¿Estamos eligiendo bien? ¿Somos en realidad tomados en cuenta? ¿Ponemos atención a quienes son nuestros gobernantes? Las respuestas a las preguntas anteriores pueden ser distintas, algunas fundamentadas en alguna actividad política proselitista en la que hemos participado o en cosas que vemos a nuestro alrededor.
La importancia del voto joven radica en la convicción de aportar ideas para convertirnos en partícipes de la construcción de una nueva sociedad, una sociedad donde el respeto a las culturas sea lo primordial. Asegurar la libre determinación de los pueblos, lograr un verdadero desarrollo rural sostenible basado en la creencia de que somos parte de la naturaleza, y no la naturaleza parte de nosotros y que sean tomadas en cuenta nuestras necesidades como jóvenes.
Los jóvenes tenemos distintas percepciones de la sociedad, y tenemos diversidad de necesidades que se ven condicionadas por las circunstancias y el contexto de las comunidades donde vivimos.
Sin embargo, los políticos poco interés tienen en conocer la realidad de los jóvenes, en especial los del área rural. Los políticos creen que con una cancha de fútbol les arreglan la vida a los jóvenes. Sabemos que no es así, por lo que nosotros debemos buscar los espacios para poder incidir desde las organizaciones políticas y hacer escuchar nuestra voz. Y si bien nos va, tratar de hacer algo positivo por nuestra sociedad. Esto solo lo lograremos si hacemos valer nuestros derechos y dejamos de lado la indiferencia con que vemos los procesos electorales que se llevan a cabo.
Un ejercicio muy valioso fue que en las elecciones pasadas muchos jóvenes formaron parte de los comicios, unos en las Juntas Electorales de Votos, otros en las mesas receptoras de votos, así como también fiscales y observadores del proceso electoral.
Para las próximas elecciones los jóvenes debemos empezar a buscar protagonismo, de ser actor, sujeto y no solo objeto o conformarnos de un rol antojadizo que dan desde las entidades políticas. No solo emitir nuestro voto o ser parte de las personas que hacen posible las elecciones, sino también prestar la mayor atención da quienes son las personas que quieren llegar a gobernar nuestro país. En especial, quienes forman parte de nuestro Congreso de la República ya que es donde más se concentra el poder y es donde se deciden muchas cosas relacionadas a la población de nuestro país. A pesar de ser tan importante, no le ponemos atención a este espacio y terminan estando ahí personas que solo velan por sus intereses y por los intereses de las personas que les financiaron la campaña electoral.
Por eso insto a los jóvenes y a la población en general, a que analicemos muy bien nuestro voto porque es una forma de expresar nuestra intención, de querer cambiar nuestra actualidad. Si queremos cosas diferentes en nuestro país, debemos hacer acciones distintas a las que actualmente realizamos. Lo más importante es no perder nuestra memoria histórica, informarnos, estar actualizados en cuanto a la situación coyuntural de nuestro país para poder tener una mirada crítica y analítica que nos permita una transformación de pensamiento, para poder ser propositivos e innovadores, y no ser utilizados por los partidos políticos como ha sucedido hasta ahora.
La juventud no es el futuro, somos el presente y la continuidad de la existencia de nuestros pueblos. Por lo tanto debemos hacer valer nuestros derechos ciudadanos. El país necesita educarse, sensibilizarse, como sociedad pero también, desde las políticas públicas, urgen políticas, estrategias, programas y proyectos que reivindiquen los derechos de la juventud y en el mejor de los casos, de las juventudes.
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