Manuel Andrés Canahui
Estudiante de Derecho

Me gustaría poder asegurarle a Guatemala lo que tan campantemente repite el jingle que escuchamos mientras Mario Estrada saluda a una multitud invisible en su último anuncio-novela: No te preocupes mi vida, ya vienen tiempos mejores. Aunque, a decir verdad, yo lo haría con un tono más upbeat, como el que sirve a Harold y Nineth para proclamar su alta calidad moral en las ondas radiales (si mal no recuerdo, no es la primera vez que alguien usa la melodía de El Matador, de los Fabulosos Cadillacs como himno de campaña). Mientras aquel habla de promesas de un futuro mejor para el país, éste trata de convencernos de la capacidad de las personas que buscan ostentar el poder sobre él.

Pero, ¿están fundamentadas las canciones de campaña en propuestas reales de los candidatos o son, por el contrario, meras estrategias mercadológicas para lograr penetrar las mentes de los votantes?
Analicémoslo desde ambas posturas.

Por un lado, si las cancioncitas pegajosas que en este momento (si no me creen lo de en este momento, los reto a ir y prender el radio y cambiar unas cuatro veces de estación, a ver cómo les va) invaden los medios radiales de comunicación representaran una promesa real de gobierno, tendríamos que esperar, si llegaran al ejercicio del poder, lo siguiente:

Del Partido Patriota: una serie de acciones que haga que todo, absolutamente todo, cambie. Incluido el ego de las personas (y también yo cambio…). Exactamente qué acciones mágicas son esas que harán que este país -esencialmente conservador- se pase al lado opuesto del espectro, no lo especifican ni la canción ni los candidatos que se dignan a interrumpirla. Lo que sí aseguran es que le pondrán un segundo nivel a los caminos de la capital.

Del Partido de Avanzada Nacional: Gutiérrez es… ¿se animan a completar la cancioncita? No es fácil olvidar lo que un pescado de plástico parlanchín nos dice; lo que me pregunto es, ¿a qué se refieren, tanto el mágico pescado como la canción que lo precede, exactamente? Analizando el fondo de su propuesta y de su trayectoria personal, intuyo que Juan Gutiérrez incentivaría la creación de empresas que generen fuentes de ingreso para los guatemaltecos. Sin embargo, atendiendo al tenor literal de las palabras del jingle, él, como presidente, planearía contratar a absolutamente todos los guatemaltecos desempleados para ganarse la calidad de sinónimo de la palabra ¨empleo¨.

Del Partido Líder: No es sólo la inocente cara angelical en sus fotos la que nos dice ¨Yo no fui¨, es también el ritmo que este candidato escogió para musicalizar la ya clásica ¨Mi voto es para Baldizón¨. ¡No puedo sacarme esa canción de la cabeza! Analizando la cancioncita, los mupis y afiches que tiene por todos lados, podemos esperar todo de este mi tocayo; desde un bono 15 (nadie sabe exactamente de dónde vamos a sacar dinero para pagarlo) hasta la no reelección de alcaldes ni diputados. La sonrisa con la que tan amablemente propone reinstaurar la pena de muerte choca con mis más fundamentales creencias y me hace pensar que este potencial presidente no entiende eso de la separación de poderes de lo que tanto hablaba Montesquieu.

Del Partido Unionista: Un servicio psicológico urgente para Guatemala, tal como si fuera una persona dolida por las mentiras que le han dicho y triste por la cantidad de pobres que en ella habitan. No niego que me parece original la idea de tratar al país como un paciente con diversos síntomas; lo que NO me parece es ignorar las causas profundas de los mismos y proclamar que pueden ser curados en cuatro años de gobierno.

De Compromiso, Renovación y Orden: No estoy muy seguro que esperar. Sospecho que contrataron a más de un publicista para ejecutar su propaganda, ya que el ritmito tropical que repite ¨creo creo¨ en todas sus estrofas nada tiene que ver con el negro sobrio de las pancartas que exhiben las fotos de sus candidatos. Aún con la ambigüedad que los rodea, me intriga averiguar qué es en lo que el coro nos invita a creer.

De la Unidad de Cambio Nacionalista: un rehilete, o algo que se le asemeje a una ¨ruedita de colores¨ que el presidente Estrada va a traer. Mis niveles de imaginación no alcanzaron para determinar el alcance de esta ruedita, por lo que traté, infructuosamente, de encontrar respuestas en la página oficial de la UCN. Concluí que, o la creatividad abstracta de los dirigentes de campaña del partido es similar a la de un Dalí venido a menos, o ellos tampoco tienen idea de lo que significa la ruedita de colores.

De Visión con Valores – Encuentro por Guatemala: actitudes intachables de personas con un rumbo definido. Es de las pocas, quizá la única, de las canciones que exaltan no la capacidad de los candidatos de alterar el mundo físico y la dinámica social, sino su capacidad de gobernarse a sí mismos ¨capacidad y valores… Nineth Montenegro, mujer con valores, Harold Caballeros, visión con valores¨. Podríamos decir que es como su About Me, en facebook, musicalizado.

Como pueden ver, es poco realista tomar las canciones de campaña al pie de la letra y esperar que reflejen las verdaderas intenciones de los futuros gobernantes. Hay que analizarlas desde una perspectiva crítica y multidisciplinaria, entendiendo que la forma de mercadear negocios tradicionales no es muy distinta de la forma en que se mercadea una figura política. Las canciones y los jingles reflejan, pero no fotografían, lo que una persona o grupo de personas creen mejor para el futuro de nuestro país. No son los candidatos quienes los escriben y musicalizan, son sus publicistas.

Apreciémoslos como efímeros éxitos radiales y recordemos la catarata de nuevos coritos que nos inunda cada cuatro años, para poder preguntarles a los futuros gobernantes, ¿se recuerdan de lo que nos prometían en la cancioncita?

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