José Alberto Barrera/ Opinión/
No sé cómo describir esa costumbre que se vive y se enseña a las demás personas con las que nos relacionamos. Es de todos los días y no discrimina. La gran mayoría de las personas, consciente o inconscientemente, son parte de este discreto flagelo a la esperanza. Es como una mezcla entre indiferencia y conformismo, una inclinación demasiado seductiva como para rechazar: mantenernos cómodos. Esta comodidad es aceptar lo que viene, sin hacer una mayor comprensión de lo que se habla o se piensa. Y es muy peligrosa porque poco a poco nos encamina a afirmar: sí, en Guatemala estamos jodidos.
Hay hambre, inseguridad, desigualdad, corrupción. Lo más lamentable sería que hubiera desilusión porque si esta existiera, no sólo se mantendrían los anteriores sino se multiplicarían.
Por ahí me dijeron una frase cuya fuerza interior es inconmensurable: la vida es lo que hay fuera de la zona de confort.
Vivir sería una búsqueda permanente por construir convicciones a partir de la experiencia. Algo así como un círculo vicioso. Vivir y aprender, para vivir y aprender. Identificar nuestros lugares de confort es fácil. Yo más creo que lo difícil es aceptarlos y estar comprometidos a enfrentarlos, alejándonos un poco y haciendo lo que no se debería hacer.
Este artículo lo escribo para aceptar un lugar de confort y empoderar a quienes lo lean para enfrentarlo. Llámenlo como quieran, pero se manifiesta en cada uno cuando afirma “en Guatemala estamos jodidos”, “vamos de mal en peor”, “antes era mejor” o cuando uno enfoca su atención en la desilusión, la muerte y la violencia.
“Nombre”, con eso no estamos haciendo nada. Es energía mal utilizada. No quiere decir que la desilusión, la muerte y la violencia no existan, el problema, o mejor dicho la comodidad, está en enfocar ahí nuestra atención. Enfoquémonos bien, usemos bien nuestra energía, seamos inteligentes para aprovechar nuestra inteligencia.
Saber cuántas noticias salen cada día, la mayoría no aparecen en los periódicos ni en los noticieros. La vida sucede en cada momento, no en cada titular. Esto es un poco de lo que sucede a cada momento y no se muestra en periódicos ni en noticieros (menciono algunos amigos que conozco y son protagonistas de estas noticias):
- Cuates en Facebook animando a sus amig@s a que se les unan para dar abrigos a indigentes de la zona 1 (Ale Rodríguez);
- Jóvenes como nosotros dirigiendo y participando en voluntariados para:
– Jugar con niños con desnutrición crónica (voluntariado landivariano en el Sanatorio Hermano Pedro, Miguel Blas),
– Construir casas (Hábitat para la Humanidad, Pablo De La Vega; TECHO, Goyo Saavedra),
– Dar cuidados mínimos de salud, alimentación y vivienda a perros callejeros (Fundación Abrazo Animal, Mafer Casados),
– Fiscalizar los actos de la administración pública (Levantemos la voz, Nacho Grazioso),
– Repartir panitos y desayunos a indigentes (Operación Panito, Julio Lago),
– Dar clases a niños en situación vulnerable (Camino Seguro, Denisse Salguero; PENNAT, Lenina García),
– Organizar rallys para motivar la alegría de las personas y recaudar fondos para atender casos de niños con labio leporino (Guate Sonríe, Marian Dardón);
- Otros cuates que van a pintar murales a escuelas y hospitales para alegrar a las personas que por ahí se mantienen (Carlos Matul y Daniela Arenas);
- Personas que espontáneamente regalan amor a niños y ancianos (Eduardo Llerena, Julia Álvarez, familia Melgar Corzantes).
Felicitaciones ustedes, nos dan esperanza. Hacen que nos preguntemos si de verdad estamos tan jodidos. Nos enseñan que las noticias dependen de nosotros.
En realidad, poco a poco se unen para ser parte de un gran movimiento: acciones a favor de niños vulnerables, para combatir el problema de vivienda en el país, facilitar el acceso a agua potable a cientos de personas, combatir la pobreza y la indiferencia… acciones para construir igualdad y una sociedad más incluyente y solidaria.
Creo que ya me tomé mucho tiempo en una pequeña noticia, fíjense ustedes en las que suceden a su alrededor. Sacudámonos la comodidad y salgamos del pesimismo. La vida está fuera de ese aburrido lugar.
Somos libres y estamos condenados a seguirlo siendo, cada momento podemos elegir qué lado de la moneda contribuye para seguir trabajando en lo que de verdad vale la pena.
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Recomendación final: Hand me downs, Soul Position. Muy buena rola. Básicamente critican el amarillismo y el morbo que surge de la cultura del hip hop en Estados Unidos. Lejos de resaltar las virtudes con las que inició este movimiento (la crítica social y la libre expresión), la violencia y las drogas parecieran ser su sello distintivo. En la misma medida, manifiestan su compromiso de mantenerse auténticos y, al final, su convicción en la esperanza.
And as long as I’m alive than the fact remains
That it’s never too late for us to break the chains, (…)
Things is bound to change.
Imagen: Paola Cifuentes